La política, como la propiedad y el dinero, sacralizados, gozan de un trato de favor legal que, solo ahora, comienza a agrietarse.
A lo largo de la historia, el proteccionismo ha ido en muchas ocasiones de la mano del nacionalismo.
Después de varios meses de negociaciones, se constituyó en Austria un nuevo gobierno, producto del pacto entre el partido conservador ÖVP y el partido de ultra derecha islamófobo FPÖ.
En Hungría hay dos partidos de derechas nacionalistas y proteccionistas: el Jobbik, claramente neofascista, y el Fidesz, liderado por Víctor Orbán actualmente en el poder.
Quizá el activo más importante o el único del “Procés” catalán, que no ha sabido o no ha podido acumular fuerza suficiente para imponerse, es su poder de movilización.
Puede que la Unión Europea sea hoy el sujeto político más odiado por los nacionalistas y los más furibundos partidarios y radicales adversarios de la globalización real.
A mediados de la década de los años treinta del siglo pasado, en Europa había más dictaduras que democracias.
Entrevista a Steven Forti, Doctor en Historia Comparada, Política y Social por la UAB y la Universidad de Bolonia
Llegué al Parlamento Europeo en 2009. En exacta coincidencia con dos acontecimientos que han adquirido resonancia histórica.
El nómada cosmopolita, producto genuino de la globalización y de la posmodernidad, harto del desarraigo global, aparece ahora como un ser desencantado y en plena crisis.
El auge de la extrema derecha y los nacionalismos en Europa, no es una moda pasajera, sino que viene para quedarse, al menos una larga temporada.
Nación es un término ambivalente, cuyos significados han ido básicamente de una comunidad cultural a un sujeto político que goza de soberanía.
El ADN del nacionalismo catalán es de factura netamente conservadora.
La ultraderecha y el nacionalismo, si bien son realidades diferentes, poseen unas actitudes comunes.
Que nuestro continente camina hacia atrás no es ninguna novedad.
En Europa, asistimos a un renacimiento de los nacionalismos que amenazan la estabilidad política de las democracias y el propio proceso de integración.
La Europeización apunta a la integración de sus naciones-Estado en favor de la unión política continental.
Hace años que el populismo se sienta a la mesa de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.
La política en las poliarquías parece pivotar hoy alrededor de dos grandes tendencias: de un lado, los partidos del establishment, y de otro, los antisistema.
El nacionalismo como fenómeno político de masas es algo muy reciente.
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