martes, 19 de marzo de 2024
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< ver número completo: EE.UU.-China, la guerra fría del siglo XXI
Eva Perea

​Muéstrate débil cuando eres fuerte

Profesora del Departamento de Empresa y Economía de la Universitat Abat Oliba CEU

Se continúa hablando mucho estas semanas sobre la guerra comercial que Estados Unidos ha comenzado al imponer tarifas sobre las importaciones provenientes de otros países, en particular, sobre el acero y el aluminio chinos. De esta manera, se rompen años de crecimiento del comercio mundial, proyectando una sombra de incertidumbre sobre la economía, la bolsa, las relaciones internacionales y todo el panorama global en general.


El arte de la guerra


No es casualidad que Trump esté imponiendo estas medidas proteccionistas de forma repentina, sino que es parte de una serie de eventos más generales. El proteccionismo, “Poner primero a América”, levantar un muro entre Estados Unidos y México, denostar a la Unión Europea, defender un Brexit duro sin acuerdo, todo está relacionado. Se pueden decir muchas cosas sobre Trump, pero realmente, es un ejemplo de consistencia: un lenguaje sin adornos, siempre informal, aunque la situación sea tremendamente formal, utilizando redes sociales, a menudo insultante y sin refinamientos.


El problema no es solamente el impacto de estas medidas: desplome del consumo probablemente tanto en China como en EUA, al aumentar los precios, y también de rebote en todo el mundo; caída de las bolsas, por la volatilidad y la incerteza; una escalada de represalias sin precedentes, que no se sabe cómo acabará; probablemente una caída en los empleos, seguramente en EE.UU. donde más, justo lo contrario de lo que Trump pretendía. Además de eso, hay otro elemento, cualitativo, más difícil de cuantificar, incluso de concretar, pero igualmente inquietante: la sensación de que no hay orden global alguno, que estamos en manos de un dirigente sin formas ni modales, que cualquier día puede amanecer con medidas sorprendentes, agendas disparatadas, y que siempre habrá quien le secunde en Europa.


A modo de anécdota, la administración de Trump, en la organización de su viaje a Europa, que incluye dos días en Irlanda, ha alquilado a una funeraria local varias limusinas (que probablemente nunca llegarán a utilizarse) por valor de un millón de dólares. Trump y su mundo.


El gráfico presentado a continuación muestra de forma sumaria la oposición de dos mundos, de dos maneras de entender el comercio global: el libre comercio, frente al proteccionismo.


Figura 1. El libre comercio frente al proteccionismo

Figura 1


Fuente: elaboración propia


Si en algo existe un alto grado de acuerdo entre los economistas es en afirmar que el libre comercio es una ganancia importante para la sociedad: el comercio mundial abierto y sin barreras ni aranceles favorece el crecimiento económico y eleva el nivel de vida de la población. Es decir, a pesar de que pueda tener inconvenientes, como todo modelo, constituye un sistema más eficiente y que además proporciona las mejores opciones a los consumidores.


En nuestra sociedad, nos es familiar todo lo que tiene que ver con los Estados Unidos, e incluso con Trump, a quien conocemos o creemos conocer de forma casi íntima, incluyendo sus tweets, sus relaciones, hijos o cuñados, nos es familiar. En cambio, China representa un país y una cultura más alejada para nosotros y por ello más desconocida. Por introducir el asunto, vaya por delante que China en mandarín significa “El reino del centro”. Desde tiempos ancestrales, el pueblo Chou, creía que su imperio ocupaba la mitad de la tierra, rodeado de bárbaros, y siempre han tenido el concepto de China como el pueblo glorioso que se encuentra en el centro del mundo. Si bien saben que han permanecido dormidos durante muchos siglos, sienten que su imperio está volviendo a ser lo que se merecen en la historia.


China representa actualmente la industria productiva mayor del mundo y el primer exportador de bienes. 

También es el mercado de consumo de más rápido crecimiento del mundo y el segundo mayor importador de bienes. Pero, además, China cuenta ya con una clase media que supera los 500 millones de personas, y ha logrado sacar de la pobreza a 300 millones en un tiempo récord, lo cual no tiene antecedentes en la historia, y por supuesto, no va a tirar por la borda estos avances, por unas medidas proteccionistas.



Figura 2. Relaciones comerciales Estados Unidos- China

Figura 2


En billones de US$.
Fuente: USTR (UnitedStatedTradeRepresentative)



Figura 3. Evolución del PIB (en US$ actuales)

Figura 3


Fuente: Banco Mundial


China podría superar el PIB de EEUU en 2030, aunque esto aún es incierto y difícil de predecir. Lo que es seguro es que a EEUU no le gusta en absoluto que China e India le estén pisando los talones. Eso está claro. Algunos en China consideran que la guerra comercial es parte de un intento de los Estados Unidos por frenar su crecimiento, ya que estaría cada vez más nerviosos ante la creciente influencia de China en el mundo.


MIRANDO A TRAVÉS DE LA ÓPTICA CHINA


Mucho se habla desde el punto de vista occidental, pero en un pueblo como el chino, con un sentimiento nacional muy fuerte, ¿cómo han sentado las medidas tomadas por EEUU?


De momento, al menos, de forma mucho más comedida: El Ministerio de Comercio de China confirmó el último aumento de los aranceles de los Estados Unidos en su web. "Se espera que Estados Unidos y China trabajen juntos para resolver los problemas existentes mediante la cooperación y la consulta", dijo en un comunicado. Los analistas dicen que Pekín se está forzando para mostrar algo de buena fe en el período previo a la reunión entre los dos líderes en el G20 en Japón en junio.


Sin embargo, el Arte de la Guerra de Sun Tzu dice: "Deja que tus planes sean oscuros e impenetrables como la noche, y cuando te muevas, cae como un rayo". Y también prescribe: “Muéstrate débil cuando eres fuerte y fuerte cuando eres débil”.


Quizás, si esas conversaciones en junio no van bien, China está dejando espacio para ejercer más presión en el futuro. El pueblo chino es cortés, pero sin miedo a la confrontación: si pueden hablar, hablarán, pero si hay que luchar, lucharán.


El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, ingeniero químico, casado con la cantante Peng Liyuany, con una hija, nació en 1953 en Pekin y su padre sufrió prisión durante la Revolución Cultural. Se ha caracterizado por intentar abordar grandes reformas en China, luchar en contra de la corrupción y su firma política es la del “Sueño Chino”: Xi Jinping dijo que los jóvenes deberían "atreverse a soñar, trabajar duramente para cumplir los sueños y contribuir a la revitalización de la nación". De acuerdo con la revista teórica del partido, Qiushi, el sueño chino significa la prosperidad china, el esfuerzo colectivo, el socialismo y la gloria nacional.


Una canción que se hizo popular en China decía así: “Si quieres casarte, cásate con alguien como Xi (Jinping), un hombre lleno de heroísmo con un espíritu inflexible; no importa cuánto cambie el mundo o cuántas dificultades le esperen, él insistirá y seguirá avanzando ". Ya se puede preparar Donald Trump.

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