martes, 19 de marzo de 2024
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< ver número completo: EE.UU.-China, la guerra fría del siglo XXI
Arturo Huerta González

​La Guerra Comercial de EUA frente a China y México

Profesor del Posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México

El presidente Donald Trump de Estados Unidos (EUA), utiliza la política de aranceles frente a las importaciones que provienen de China y trata de hacerlo mismo con las de México, para disminuir sus importaciones para reducir el déficit de comercio exterior que tiene con tales países. El desequilibrio comercial entre Estados Unidos y México fue de 150 mil millones de dólares al finalizar 2018, mientras en ese periodo el de Estados Unidos con China ascendió a 450 mil millones.


Frontera eua mexico


Así mismo, la política arancelaria, quiere promover la salida de empresas estadounidenses de China y México (al no poder seguir exportando a EUA) y que regresen a su país, para impulsar su dinámica económica, para que volver a ser lo que fueron antes. 


Los aranceles establecidos por EUA a las importaciones provenientes de diversos países con los cuales tiene déficit de comercio exterior, cuestionan el libre comercio, debido a que ha salido perdedor en dicho proceso frente a ellos, lo que ha frenado su crecimiento por muchos años.


El gobierno de EUA a través de los aranceles y la reducción de impuestos a las corporaciones, trata de ganar posiciones económicas y políticas frente a sus socios comerciales, y hasta ahora le han dado ciertos resultados, para impulsar la producción interna. 


En el primer trimestre de 2019, la tasa de crecimiento de EUA fue del 3.1%, y la tasa de desempleo en el mes de abril fue del 3.6%.


DISPUTA EUA-CHINA


El 10 de mayo del presente año, el gobierno de EUA incrementó el arancel del 10% al 25% a las importaciones chinas por 200 mil millones de dólares, y amenazó con imponer aranceles a otros 300 mil millones de importaciones chinas a fines de junio.


Además del establecimiento de los aranceles a las importaciones provenientes de China, el gobierno de EUA, ha prohibido la compra de tecnología estadounidense por parte de las empresas chinas, a fin de frenar el avance tecnológico de dicho país. Quiere además, que se elimine la transferencia de tecnología a que son obligadas las empresas estadounidenses a favor de las empresas chinas, así como la política de subsidios a las empresas nacionales y otras políticas estatales a favor de sus empresas, que colocan en desventaja a las empresas estadounidenses.


El gobierno de EUA presiona a sus aliados a que restrinjan su comercio con China y sus empresas, para restar las áreas de influencia que China ha conquistado. 


El problema es que las empresas chinas tienen ya una gran presencia en las cadenas de valor, en el comercio internacional y en la propia economía estadounidense, por lo que el gobierno de EUA no alcanzará sus propósitos. China se ha colocado como el abanderado de la economía abierta, lo que le sigue abriendo mercados.


El déficit del comercio de Estados Unidos con China, en el primer trimestre de 2019 respecto a igual período de 2018, disminuyó en 12.1%. Mientras que el superávit de comercio exterior de México con EUA, en el mismo período, aumentó 26.6 %.


Se evidencia que los aranceles establecidos por el gobierno de EUA a las importaciones provenientes de China le han permitido reducir el déficit comercial con tal país, y han beneficiado a las exportaciones de México hacia EUA, las cuales han sustituido parte de las exportaciones chinas en dicho mercado, por lo que EUA ha incrementado el déficit comercial con México.


La disminución de las exportaciones de China hacia EUA, se ve reflejada en un leve menor crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2019, en relación al obtenido en el primer trimestre de 2018, los cuales fueron 6.4% y 6.8% respectivamente. En cambio el crecimiento del PIB para EUA en el mismo período fue de 3.1% y 2.2%, lo que muestra que le ha redituado hasta ahora el establecimiento de aranceles a EUA.


Los aranceles establecidos por EUA a las importaciones chinas, si bien han reducido el déficit comercial de EUA con dicho país, el déficit de comercio total ha aumentado (de ser 805, 200 millones de dólares en 2017, pasó a ser 887,338 millones de dólares en 2018), evidenciando que ha sustituido las importaciones provenientes de China, con importaciones de otros países. Ello refleja que no ha habido gran avance en la sustitución de importaciones deseada por el gobierno de Donald Trump, de impulsar el desarrollo industrial, aunque la economía ha mostrado dinamismo.


A pesar que los aranceles a las importaciones tienden a afectar más a China que a EUA, debido a que China vende a EUA, más que lo que le compra, China ha sabido sortear tal situación dinamizando su mercado interno. 


Frente a los aranceles establecidos por EUA a las importaciones provenientes de China, ésta respondió imponiendo aranceles de 10, 20 e incluso 25 %, a partir del primero de junio a la importación de productos provenientes de EUA por un monto de 60 mil millones de dólares anuales. También el gobierno ha venido realizando fuertes inversiones en ciencia y tecnología, que le permite ir contrarrestando las prohibiciones de transferencia de tecnología que EUA impone.


De seguir aumentando EUA los aranceles y extenderlos a todas las importaciones chinas, repercutirá en alza de precios si no se incrementa la productividad y la producción en EUA que contrarreste el mayor costo de los productos importados. 


El gobierno de China puede recurrir a la devaluación del yuan, para abaratar sus precios y contrarrestar el impacto de los aranceles sobre el precio de las importaciones chinas, lo cual complicaría más la pugna comercial entre tales países.


Para que EUA vuelva a ser lo que fueron antes, se requiere fuertes inversiones en ciencia y tecnología para impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas y ello no está aconteciendo en la magnitud deseada, a pesar que la política impositiva y arancelaria que configuran condiciones de rentabilidad para impulsar la inversión productiva.


Al no incrementarse la inversión en EUA para aumentar la productividad y su capacidad productiva, seguirá creciendo su déficit de comercio exterior a pesar de los aranceles establecidos a los productos provenientes de China y otros países, pues dichas importaciones serán sustituidas por otras de otros países, que verán incrementado su superávit frente a EUA, y se frenará el crecimiento de EUA.


DISPUTA EUA-MÉXICO


El comercio manufacturero entre México y EUA, en gran parte es sobre todo intra firma, donde se envían insumos y componentes para ser sobre todo ensamblados en México.Ello se incrementó en 2018, al disminuir las importaciones provenientes de China por los aranceles. 


México exportó 450 mil millones de dólares en 2018. El 81.33 por ciento fue a Estados Unidos y el 83 por ciento de ello fue a través de comercio intrafirmas, donde destaca la industria automotriz.


Las exportaciones manufactureras de México hacia EUA, tiene un alto componente importado, sobre todo de insumos y componentes provenientes de China y el resto de los países asiáticos, como de EUA, por lo que dichas exportaciones, al tener un bajo componente nacional, no impactan significativamente en la dinámica manufacturera y en la economía.


Las exportaciones de México a EUA equivalen al 32 % del PIB y el comercio intrafirmas son el 17% del PIB, lo que evidencia la gran dependencia de la economía mexicana respecto al comercio con EUA, lo que la coloca en un contexto de alta vulnerabilidad al comportamiento de dicha economía, como de las decisiones que dicho gobierno tome respecto al comercio entre ambos países.


De ser sujetas a aranceles las exportaciones de México a EUA, se afectaría su crecimiento, pues perderían competitividad frente a otras importaciones de EUA, que no son sujetas a aranceles. Se reduciría el superávit de comercio exterior que México tiene con EUA, y se incrementaría el déficit de comercio exterior total del país, y reduciría más el crecimiento económico.


De hecho, surgió la amenaza de establecer aranceles a las importaciones provenientes de México (a pesar que el Tratado de Libre Comercio existente entre EUA, Canadá y México, los prohibe), de no frenar el gobierno el flujo migratorio de centroamericanos hacia el territorio estadounidense. El gobierno de Donald Trump pasa a utilizar la política arancelaria como herramienta de negociación frente a México. Amenazó a éste país, de que establecería un arancel de 5% a las importaciones mexicanas a partir del 10 de junio y que iría incrementando mensualmente hasta alcanzar el 25 % para el mes de octubre, si México no frena dicha migración hacia EUA.


El presidente de EUA llegó a decir en los días de la negociación, que EUA no necesitaba a México, y que los mexicanos si necesitan a EUA, manifestando su fuerte poder en la negociación, que llevó al gobierno de México a ceder ante las posiciones de EUA para que no se establecieran los aranceles. México se compormetió al envío de 6 mil integrantes de la Guardia Nacional a su frontera sur para frenar la migración de centroamericanos y aceptó que EUA traslade a México sin demora a las personas que crucen la frontera sur estadounidense para solicitar asilo, y que esperen en México la resolución de sus solicitudes de refugio y que México asuma los costos respectivos.


El gobierno mexicano en aras de evitar los aranceles y la guerra comercial que se desataría ante las respuestas que tendría que establecer frente a los aranceles de EUA, aceptó las imposiciones del gobierno de EUA de frenar la migración hacia su país.


Predomina la visión de que de recurrir a los aranceles a las importaciones se incrementa el costo y precio de los productos, lo que reduce la competitividad de éstos, como el crecimiento de la producción y de la economía. De ahí la posición de muchos de evitar aranceles y defender el libre comercio. Sin embargo, de continuar la política actual, será a costa de mantener el déficit de comercio exterior y los bajos niveles de integración interna de las exportaciones y la producción nacional, lo que ha frenado el crecimiento económico.


No se vislumbra posición de cooperación alguna de EUA, debido a que ellos quieren crecer a costa del resto de los países. Perfectamente el gobierno de México, en vez de aceptar las imposiciones de EUA, podría haber asumido la posición de enfrentar los aranceles, respondiendo con igual política. El mayor costo de los aranceles a los productos importados puede ser contrarrestado con política industrial, agrícola y crediciticia para impulsan la productividad y la producción, para bajar costos de producción y sustituir a las importaciones encarecidas por los aranceles. Ello permitiría reducir el déficit de comercio exterior, así como la dependencia económica y financiera que se tiene de EUA, y la vulnerabilidad externa (económica y política) en que ha caído.

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