jueves, 28 de marzo de 2024
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​James Close: “En los próximos 20 años habrá que construir tantas infraestructuras como en toda la historia de la humanidad”

Periodista

James Close. Responsable del programa Circular London del London Waste and Recicling Board  y exdirector del grupo de Cambio Climático del Banco Mundial.

Close James



¿Cuáles son los retos de futuro, según usted, del Cambio Climático a nivel mundial?


Es una pregunta difícil.  Estamos ante una crisis climática, una emergencia climática, de esto no cabe la menor duda, con lo cual tenemos que actuar ya, y lo primero que tenemos que hacer, creo, es definir el objetivo. El objetivo debería ser reducir las emisiones de CO2 o de llegar a un nivel de emisiones de CO2 cero antes de 2050 si lo que de verdad queremos es reducir la temperatura global a 1,5 grados. Y para alcanzar este objetivo de máximo de temperatura global debemos plantearnos objetivos muy ambiciosos de lucha contra el cambio climático  porque implican reformular estilos de vida, reformular la manera de hacer negocios, de financiarnos para sacar el máximo provecho de la economía circular.


Entonces, ante el escenario que dibuja, ¿se hace necesaria la colaboración público-privada en la lucha contra el cambio climático?


Así es, esa transición no será posible sin la implicación del sector privado. Estamos viendo señales bastante positivas de empresas del sector privado que van tomando conciencia. Obviamente necesitamos la plena implicación del sector público que tendría un rol más de definición de la ambiciones estratégicas y de establecimiento de un contexto político que facilite o posibilite está transición económica. Por ejemplo la Unión Europea ya está definiendo objetivos de emisiones cero para 2050. En el Reino Unido ya hay legislación en esta materia que hay que implantar una economía libre de emisiones de CO2. Con lo cual, la combinación entre ambos actores y ambas iniciativas es lo que nos puede salvar. Lo único.


Usted ha sido responsable de la lucha contra el cambio climático en el Banco Mundial, por lo tanto, tiene una visión general de lo que pasa en el mundo. ¿Cómo  se va a  luchar contra el Cambio Climático en Europa y América Latina?


La comparación por países más que por regiones es lo mejor para saber quién está liderando este cambio en la lucha por el cambio climático. La UE, el Reino Unido, Francia también tienen políticas muy ambiciosas en la materia. Pero también en otras partes como Costa Rica, que tiene muy buenas políticas; Marruecos, con una contribución muy ambiciosa en la lucha contra el cambio climático. Con lo cual sí que hay países que deberían ser considerados países líderes como por ejemplo, Butan, que tiene una tasa negativa en emisiones de  CO2 debido a su gran producción de energía hidroeléctrica. Sólo se pueden hacer comparaciones por países no por regiones, porque a nivel regional es bastante más complicado, porque cada región tiene su punto de partida. El principal reto será encontrar el equilibrio justo  entre varios imperativos: el desarrollo económico, el acceso a la energía para que haya un desarrollo económico y la descarbonización. 


Cada región del mundo tiene retos diferentes: en América Latina el principal reto es cómo poner freno a esta desforestación. En África, el acceso a la energía sostenible es un reto. China y la India están en un boom de desarrollo, como fomentar las energías renovables.  Y esos serían los principales retos en cada una de las regiones.


¿Dónde encaja en todo esto el acceso a la energía la herramienta de la economía circular? ¿La economía pasará por encima de la economía tradicional?


Hay investigaciones en la materia que se han llevado a cabo desde la Fundación Ellen MacArthur. Según esos estudios, la producción energética supone el 55% de la emisión de CO2 y el consumo el otro 45%. En cuanto a la energía es más fácil porque sabemos como hacer energía renovable, con lo cual se podrá lograr un impacto cero.


El problema está en el 45% de generación de CO2 a través del consumo porque es más heterogéneo que la energía: uso de la tierra, producción de alimentos, proceso industrial. Por lo que para lograr un mundo verde hay que sumar tanto energía como consumo para reducir las emisiones de ambos segmentos.  Y para eso la economía circular pasa por la reducción del consumo, que es lo que nos falta si logramos crear energía verde.


Para acceder a esta economía verde y generar cada vez más energía sostenible será necesario tener unas buenas infraestructuras y para tener unas buenas infraestructuras ¿serán muy necesaria la colaboración público-privada en todo el mundo?


En los próximos 20 años habrá que construir tantas infraestructuras como en las que hemos construido en toda la historia de la humanidad para adaptarnos al mundo que viene. Y, claro, estas infraestructuras deben ser fundamentalmente resilientes ante el cambio climático. El cambio climático es una realidad. Tienen que ser infraestructuras resilientes y Smart, inteligentes, y bajas en emisiones en CO2.


Habrá que construir infraestructuras muy a largo plazo, que sean ecológicas que sean bajas en emisiones de CO2 y que sean resilientes, porque sinó la inversión privada no invertirá.  Con resilientes quiero decir, por ejemplo, una carretera al lado del mar, tendrá que tener un muro porque subirá el nivel del mar y no puede ser una carretera que se va a inundar en cinco años.


¿Es importante hacer políticas energéticas para hacer frente al cambio climático? ¿Crear nuevas leyes, facilitar la fiscalidad de la economía verde para que toda la sociedad cambie su mentalidad en la lucha contra el cambio climático?


Existen muchas políticas fiscales que podrían ayudar en ese sentido. Impuestos a los coches que usen carburantes fósiles, mucho más elevados para mandar una señal al sector, a la industria para que se vaya adaptando a una economía más circular. También para recabar impuestos que puedan reinvertirse en planes de sostenibilidad y de ayudar a las personas con menos recursos que vayan quedando atrás.


Habla de la necesidad de que la industria automovilística que se ponga las pilas. ¿Cree que verdaderamente está preparada  o tiene que correr para ponerse al día?


Creo que si nos fijamos en los anuncios de las empresas automovilísticas  y los compromisos que van adquiriendo de ir hacia el vehículo eléctrico hay cierto espacio para la esperanza también. Y ahí está la entrada de nuevos actores como Tesla, que está subiendo muchísimo el nivel de ambición del sector. Si no estuvieran ellos, mi opinión sería diferente. Sigo pensando que hay una enorme brecha entre el escenario deseable y el escenario posible al que nos están llevando.


Usted ha venido a explicar la necesidad del uso de energías más limpias.


Nuestro foco es la economía circular, promovemos la economía circular. Para ello es necesario desarrollar nuevos modelos de negocio que permitan generalizar la economía circular  en todos los negocios en que sea posible, trabajen desde la lógica de la economía circular.


La economía circular gira en torno al uso de energías renovables, el uso de recursos más eficientes, la economía colaborativa. Es decir, cómo podemos los ciudadanos compartir nuestros recursos para que el uso de los productos sea más eficiente. Pero siempre sin dejar de lado el diseño de la economía circular, de cómo inventar procesos industriales y maneras de hacer negocio que no se basen en la economía del usar y tirar sino que no se basen únicamente en la economía del reciclaje que es más o menos en lo que estamos hoy. Cómpralo y recíclalo. No, eso tampoco, debemos ir a una lógica de reducir, reciclar, reutilizar y reparar.  Antes se hablaba de las 3 R: Reducir, reciclar y reutilizar. Y ahora también hay que añadir la reparación y que el tirar será el último recurso. Tenemos que ir a la economía de la reparación.


Por lo tanto, ¿hay que luchar contra la obsolescencia?


Sí hay que luchar contra la obsolescencia programada. En el diseño circular no se permitiría la obsolescencia programada, desde luego.  Es el antidiseño de  la Economía Circular. 

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