Donald Trump, en su campaña electoral levantó la bandera ultranaciolista. Su eslogan 'Estados Unidos primero', y las promesas de la implementación de políticas proteccionistas, entre otras propuestas lo llevaron a ocupar la casa Blanca.
La administración del presidente que ha sido proteccionista desde sus inicios ha pasado de la teórica a la práctica.Trump ha echado por la borda los acuerdos comerciales suscritos por Washington después de la Segunda Guerra Mundial y esta decisión está provocando una desestabilización sin precedentes.
En un mundo donde la globalización es irreversible, como consecuencia del desarrollo tecnológico y donde el comercio multilateral es el que domina, Trump está llevando a cabo una política contraria, lo que al final, como dicen algunos economistas, eso va a revertir en la economía americana con consecuencias para la población estadounidense.
El enfoque retrogrado de la política comercial del ejecutivo de Trump puede desencadenar medidas de represalias de otros países y una guerra comercial sin precedentes.
La decisión del presidente norteamericano es un ejemplo entre los dos posicionamientos a la hora de concebir el comercio mundial. Por un lado, a favor de implementar políticas proteccionistas, y por el otro, mantener una línea favorable a las políticas de libre mercado. Es curioso que hace poco tiempo, la UE negociaba con EEUU la implementación del TIPP-que tanto debate y protestas que produjeron-que implicaba una mayor apertura comercial entre ambos mercados. Acuerdo que se ha quedado guardado en un cajón esperando tiempos mejores.
La preocupación de la UE es evidente, aunque la comisaria de Comercio, Cecilia Malstrom, haya asegurado en más de una ocasión que la UE no tiene miedo de los matones proteccionistas. Pero por ahora, los reclamos de la UE no parecen que funcionen. Para evitar el aumento de aranceles, Trump pidió a la UE bajar sus “horribles barreras y tarifas a los productos estadounidenses“.
La UE calcula que los nuevos aranceles estadounidenses van a tener un efecto de más de 5.000 millones de euros al año en el sector del acero europeo y más de 1.000 millones en el aluminio.
El 15% de las exportaciones de acero a Europa, 2% de la producción total acero del viejo continente a EEUU. Bruselas calcula que el arancel anunciado por Trump puede reducir esa exportación a la mitad.
El secretario de la OMC, el brasileño Roberto Azevedo, ha declarado que su organización estaba preocupada y que “una guerra comercial no es del interés de nadie”.
La decisión de imponer un arancel del 25% al metal extranjero, podría dejar a España sin 324 millones de euros.
Otra batalla que se le presenta a Trump es con China, cuyo gobierno ha respondido a la amenaza de EEUU de aplicar aranceles por un importe de 50.000 millones de dólares anuales a 1.300 productos chinos con la imposición de un gravamen del 25% a las importaciones desde EEUU de 106 productos, incluyendo automóviles, soja o whisky.
El gobierno chino señala que la decisión del presidente norteamericano “viola claramente las normas de la Organización Mundial del Comercio y los derechos e intereses legítimos de China.
A punto de cumplirse la fecha para la implementación de los aranceles de Trump la guerra comercial no parece que baje de intensidad y se supone que será larga.
Para conocer en profundidad las medidas proteccionistas de Trump, sus repercusiones en otras economías, TEJ aporta las opiniones de especialistas en el tema.
