Los medios de comunicación siempre han sido objeto del deseo de los poderes, con el objetivo de controlar el mensaje que llega a la ciudadanía, conocedores de la influencia que estos tienen en ella.
Los gobierno de turno y el partido que lo sustenta no deja al azar, el control de los medios públicos. Para ello selecciona a los comisarios políticos, disfrazados de profesionales que ponen a dirigir los medios para conseguir sus objetivos. La libertad de prensa, la pluralidad, son cosas colaterales que pierden legitimidad ante el ansia de controlar todo lo que emiten. Nada debe quedar al azar.
En la larga dictadura del General Franco la estructura informativa en España quedó anulada. En un principio, en la prensa, pero posteriormente sufrieron sus efectos la radio y más tarde la televisión como medios importantes y de incidencia directa en la ciudadanía. La información dio paso a la propaganda del régimen, al dirigismo del Estado y la censura oficial alcanza su cuotas más altas. Pero esta nueva política de control de los medios, no era exclusiva solo de los medios públicos, las empresas privadas de comunicación estuvieron sometidos a las mismas condiciones
Control absoluto de los informativos en la radio. Radio Nacional de España tenía la exclusividad de los servicios informativos, los conocidos como “Diarios hablados”, y las privadas conectaban para poder informar a sus oyentes de lo que sucedía en España y en el Mundo. Eso sí, no sin antes haber pasado por el tamiz de la censura y aliñado con la propaganda del régimen que venda una España grande, libre y prospera.
Con la llegada de la democracia, la situación cambió radicalmente. Se autorizó a las emisoras de radio a tener sus propios servicios informativos, libertad de prensa y se autorizaron canales de televisión privadas.
Con la constitución de las Comunidades Autónomas, estas crearon sus propios medios y se concedieron también nuevas licencias de de radio y tv privadas. La desgracia es que, los gobiernos autonómicos reprodujeron los patrones de las estatales: control directo de los medios públicos por parte de los gobiernos de turno y la configuración de toda una corte celestial de clientelismo mediático a través de las subvenciones y la publicidad directa e indirecta.
No queda libre de culpas ningunas de las comunidades autónomas, ni tampoco los medios del Estado. No obstante, hay gobiernos autonómicos cuyo control absoluto de los medios es realmente escandaloso, caso de TV3 y Catalunya Radio. Creadas en su día por el ex-presidente Pujol, con una obsesión enfermiza de control total de su puesta en marcha y desarrollo. Eso fue posible porque coloco al frente de estos medios a profesionales próximos a su ideología o directamente de su partido, CDC, sin el menor escrúpulo.
En la actualidad, -y desde hace ya muchos años- TV3 y Catalunya Radio está haciendo de portavoz del independentismo, dejando de lado su finalidad de servicio público, pluralismo y objetividad. Los dos medios se han saltado su código ético, deontológico, profesional, etc.
El Consell Audiovisual de Catalunya (CAC), en manos también del PDeCat y ERC se han saltado reiteradamente todas advertencias y críticas de los partidos políticos. En reiteradas ocasiones, se han aprobado informes con el voto de calidad de su presidente ya que tres consejeros no estaban por votarlos y han expresado sus votos particulares.
Para conocer la situación actual de los medios de comunicación públicos, especialmente los catalanes y el papel de soporte total al independentismo, TEJ les va ofrecer las opiniones de expertos, que les van a dar más claves de lo que está sucediendo y poner más luz a la grave crisis de totalitarios informativo que están imponiendo tanto TV3 como Catalunya Radio, sin que nadie hasta el momento haya podido frenar esta situación.
