miércoles, 24 de abril de 2024
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Carmen Ruiz Viñals

El mundo del trabajo se adaptó a la revolución industrial y ahora le toca con la IA

Directora de los Estudios de Dirección de Empresas de la Universitat Abat Oliba CEU



Jeremy Rifkin, en su libro "The end of work: the decline of the global labour force and the dawn of the post-market era" nos alerta de que estamos iniciando una nueva fase de la historia, en la que el concepto tradicional de "trabajo" cae en declive. La inteligencia artificial, la robótica, las telecomunicaciones y otras formas de alta tecnología están sustituyendo rápidamente la mano de obra humana en la mayor parte de los procesos de fabricación, de distribución y logística, incluso llegando al sector servicios. Rifkin nos plantea que la gran mayoría de los trabajos, tal como los entendemos hoy, van a desaparecer. Se generará una polarización en el mercado laboral entre una élite de trabajadores con alta formación que ejercerán funciones de control y gestión de la economía global tecnológica y un grueso de trabajadores desplazados continuamente por las nuevas tecnologías. El autor plantea el fin del trabajo como el inicio de una nueva era de la civilización.



YoRobot



Sin llegar al extremo que plantea Rifkin, es un hecho que el desempleo es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las economías desarrolladas, y en especial la economía española, donde urge crear empleo y que éste sea de calidad. La robótica y la inteligencia artificial (IA en adelante) amenazan los puestos de trabajo tal como hoy los conocemos, al igual que sucedió en su día tras la revolución industrial. En dicho momento, se produce un proceso de transformación tecnológica que conlleva una transformación económica y social que se inicia en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino Unido, y que se extiende unas décadas después a gran parte de Europa occidental y Norteamérica, y que concluye entre 1820 y 1840. En cualquier proceso de cambio hay ganadores y perdedores. En ese momento se organiza un movimiento social, llamado ludismo, que fue encabezado por artesanos ingleses contra las nuevas máquinas que destruían el empleo.


La robótica ya juega un papel importante


El tiempo ha demostrado que, pese a que hubo perdedores tras un primer impacto del asentamiento de la revolución industrial, la aplicación de los avances tecnológicos al proceso productivo ha mejorado la eficiencia y el nivel de vida de la sociedad. Avances tecnológicos como la imprenta, la electricidad, la radio, el teléfono, el fax, el ordenador personal, el coche, el tractor, el avión, etc…, entre muchas otras innovaciones tecnológicas que se han aplicado a los procesos de producción y distribución de productos y servicios han cambiado las reglas del juego económico, llevando a una mejora cuantitativa y cualitativa, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista social.



Aunque la eclosión de la robótica y la IA será el gran tema tecnológico del futuro, en la actualidad ya existen robots muy capacitados para trabajar en el mundo laboral



La pregunta que se plantea actualmente ante el nuevo salto tecnológico que implican la aplicación de la robótica y la IA, con su potencial transformador en la forma como el trabajo y la producción se organizan, es, si volverá a producirse un aumento de la productividad y del nivel de vida de la población, o, por el contrario, se dará una pérdida de puestos de trabajo masiva, incrementándose la desigualdad social (Cascio, W.F., 2013).


Actualmente la robótica juega un papel muy importante en el correcto funcionamiento de la sociedad y la industria occidentales. Sirven como instrumentos, que utilizan las personas para alcanzar un fin, no como una entidad en sí mismas. En un futuro, cada vez más cercano, tendremos máquinas (robots) con una IA propia que no necesitarán de instrucciones directas de personas y se encargarán de muchas de las tareas del empleo actual. Serán robots que podrán ocupar muchos de los puestos de trabajo que hasta ahora desempeñan las personas. Robots, que a día de hoy ya están muy capacitados. Suena muy futurista, incluso hay películas y series, como “Humans” donde se aborda este tema, pero se trata de un tema del presente y no del futuro que ha de afrontarse desde el punto de vista de la empresa, de la economía, del derecho laboral y de la sociología.


Aunque la eclosión de la robótica y la IA será el gran tema tecnológico del futuro, en la actualidad ya existen robots muy capacitados para trabajar en el mundo laboral. Las modernas cadenas de montaje son un paradigma. Por ejemplo, en una visita a las instalaciones de una fábrica de cervezas exportadora, un grupo de estudiantes de Dirección de Empresas se asombraron del impacto de la robótica y la IA en todo el proceso de producción y distribución, sorprendiéndose del efecto que ha tenido dicha mecanización en la cantidad de puestos de trabajo y la calidad de los trabajos que supervisan los procesos realizados por las múltiples máquinas. 



Cadenamontaje



Lo mismo hubiera ocurrido en cualquier otra fábrica, donde el trabajo físico ya no la hacen las personas sino los robots y la IA. Otro ejemplo muy de actualidad sería el coche autónomo de Google, que ya pasa el examen de conducir y ha entrado en la agenda de los grandes fabricantes de automóviles. De imponerse, todo el sistema de transporte de mercaderías y personas va a sufrir un claro impacto, contra el que ya se organizan colectivos profesionales como los taxistas o los transportistas.


Nuevamente, existirán ganadores y perdedores


Otro ejemplo sería la aplicación de la IA para la redacción de notas de prensa: Wordsmith es una plataforma que elabora noticias y escribe 2000 artículos por segundo, principalmente noticias mecánicas, como, por ejemplo, los resultados deportivos. También podría mencionarse la aplicación de la IA para rutinas médicas y de enfermería o la aplicación de la robotización aplicada a la hostelería o a los hoteles, que empiezan a tener recepcionistas robots. 


También cabe destacar la aplicación de la robótica a la agricultura, entre otros muchos destinos. Por supuesto, éstos son únicamente algunos ejemplos. Casi cualquier actividad humana es susceptible de terminar siendo ejecutada por un robot, si existe el algoritmo adecuado. Se tardará más o menos tiempo, pero la inteligencia artificial acabará adoptándose en todas sus formas en el mundo empresarial, tal como se ha hecho desde la revolución industrial y con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.



Si en los siglos XIX y XX la robótica y IA sustituyeron a los trabajos que implicaban potencia física, ahora les llega el turno a los trabajos rutinarios 



Nuevamente, existirán ganadores y perdedores a corto plazo. Más de la mitad de los empleos, tal como los conocemos hoy, están en riesgo de pasar a ser ocupados por robots y IA (Bruegel think tank, 2016), pero esto ya ocurrió con la revolución industrial. Apenas el 1% de los trabajos que existían entonces han sobrevivido. En el futuro también surgirán nuevas oportunidades de trabajo, nuevos trabajos que a día de hoy desconocemos. Lo que sí sabemos es que dichos trabajos serán puestos que requerirán tanto competencias como habilidades sociales, creatividad, comunicación, proactividad, etc. De aquí la importancia de promover la inteligencia emocional de las personas, y el rol que la educación ha de cubrir en este campo, extendiéndose a la formación de las personas en el seno de la empresa (Lepak, D. y Gowan, M., 2009).


Innovación y tecnología también generarán empleo


El Global McKenzie Institute (2016) publicó una tabla interactiva que describe el potencial de automatización de todo el espectro laboral. Si bien se centra en el caso de EEUU, nos sirve para evaluar cómo afectaría a cualquier economía desarrollada. Además, la llegada de la robótica y la IA a nuestras sociedades no es un proceso que vaya a afectar únicamente a trabajos poco cualificados, directivos, médicos y enfermeros, economistas o abogados también están expuestos a que un algoritmo sustituya parte importante de sus actuales tareas. Por ejemplo en el caso de los economistas, existe un robot desarrollado por IBM que ya está siendo utilizado por algunos despachos en la automatización del papeleo que se genera en la oficina, la búsqueda en archivos y la redacción de informes sencillos. Obviamente, en un futuro se necesitaran economistas, pero quizás no tantos como en la actualidad y se ocuparán de tareas diferentes a las que realizan ahora. El mismo razonamiento lo podemos aplicar a cualquier de las profesiones actuales. Si en los siglos XIX y XX la robótica y IA sustituyeron a los trabajos que implicaban potencia física, ahora les llega el turno a los trabajos rutinarios.



En el futuro también surgirán nuevas oportunidades de trabajo, nuevos trabajos que a día de hoy desconocemos. Lo que sí sabemos es que dichos trabajos serán puestos que requerirán tanto competencias como habilidades sociales, creatividad, comunicación, proactividad



Ante dicho panorama necesitamos la perspectiva histórica para analizar el momento actual. Las empresas deben ir incorporando los cambios en un marco de convivencia entre los humanos y la robótica. Ésta será la clave de un buen futuro laboral a nivel social donde ocupar el tiempo libre será una cuestión importante. La tecnología y la innovación serán sectores clave en la generación de empleo pero también lo serán el ocio, el turismo y la cultura. La educación, como en tantas otras ocasiones será clave para formar la “empleabilidad” de las personas, que se basará competencias técnicas como el conocimiento, pero también en competencias emocionales como las habilidades de comunicación, la perseverancia, la empatía, la capacidad de trabajar en equipo, entre otras. El mundo social, económico y laboral será diferente, nuestra adaptación al cambio devendrá una pieza fundamental.




Carmen Ruiz Viñals es Doctora por la Universidad Pompeu Fabra y Senior Fellow en Urban Studies por el Institute for Policy Studies (IPS) The Johns Hopkins University (JHU), Baltimore, Maryland, EUA. Además es subdirectora de la Cátedra de Empresa Familiar y Creación de Empresas de la UAO CEU.



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