Regadío intensivo y escenarios de escasez hídrica
Es frecuente que las zonas que disponen de unas mejores condiciones de clima (horas de luz, ausencia de heladas, etc.) para el cultivo en regadío de frutas y hortalizas no sean las mejores dotadas en cuanto al recurso hídrico. Es el caso de la Demarcación Hidrográfica del Segura, verdadero paradigma de la escasez hídrica que cuenta con la menor pluviometría de toda la Unión Europea Continental y en la que además se realiza un uso intensivo del agua para regadío, suponiendo el 83% de las demandas de este recurso.
Por sus condiciones naturales favorables se ha desarrollado en la cuenca del Segura a lo largo de los tiempos una formidable cultura del regadío. Se manifiesta a través de un desarrollo tecnológico que no sólo comprende los sistemas de producción vegetal, logística y comercialización sino que comprende unas estructuras y obras hidráulicas muy desarrolladas. La Cuenca del Segura es una potencia del regadío; con el 4% de población y suelo de España supone el 30% de la facturación nacional de frutas y hortalizas, unas 5 millones de toneladas/año y unos 4.700 millones de euros al año en todo el mercado mundial, fundamentalmente en Europa.
En algunos aspectos el agua, principalmente considerada como medio hídrico natural o el abastecimiento de poblaciones de un país desarrollado como España, se suele dar por supuesto que no forma parte de un sistema económico, entendiendo éste como el uso para la producción de bienes. Así salvo excepciones de tipo industrial fundamentalmente, el agua no constituye económicamente un input importante en la economía global.
El impacto económico estricto del suministro de agua en la economía agraria del regadío puede suponer un 5% de la actividad, en términos medios muy globales. Pero sin embargo el agua constituye un elemento imprescindible (materia prima) para la actividad y este aspecto de la garantía en la disponibilidad de agua es lo que supone una mayor relevancia económica. Una agricultura moderna y de alto valor añadido como es el caso la de la cuenca del Segura exige cumplir con los compromisos de venta en los difíciles mercados y por tanto necesita una garantía en la disponibilidad de agua en cantidad y calidad. Se puede concluir que la mayor debilidad de este sistema económico del regadío del Sureste de España no está en la economía estricta del agua, que tiene una repercusión relativamente pequeña, tiene poco margen y puede ser imputado al usuario concreto, sino en garantizar su disponibilidad. Este es el gran reto del futuro.
Herramientas de gobernanza del agua
De acuerdo con lo expuesto anteriormente, si el objetivo es mejorar la situación económica del sector que supone el mayor consumo de agua (en el caso del Segura unos 1500 hm3/año) se debe actuar sobre la garantía en la disponibilidad de agua.
