Este sesentañero, licenciado en Derecho y técnico superior del Ayuntamiento de Madrid,debe todo su poder a su estrecha vinculación con Esperanza Aguirre, con la que trabajó en el Ayuntamiento de la capital del Estado y en el Ministerio de Cultura, en la época en que su actual jefa desempeñó aquella cartera ministerial.
Y, en Madrid, y gracias a Esperanza Aguirre, acumula cargo tras cargo.El menos importante, pero que le da lustre y esplendor "cultural", es el de patrono del Teatro Real.Los otros le proporcionan un inmenso poder.Desde 2003, es vicepresidente primero de la Comunidad de Madrid pero, además, desde 2009, es también Consejero de Cultura y Deportes, vicepresidente del Comité Ejecutivo de IFEMA, y presidente del Canal de Isabel II. Además, secretario general del PP de Madrid, al que controla y vigila para que no se salga de los cauces de quien se proclama "verso libre" dentro del PP. No le falta de nada.
Con expresión indignada y palabras en consonancia con su semblante - "soy una víctima, van a por mí" -, su nombre y fotografía apareció profusamente en los periódicos madrileños en 2009, al conocerse la existencia de un dossier informativo de 69 páginas realizado sobre su persona y actividades y cuya conclusión era sumamente interesante: el vicepresidente madrileño lidera a "un grupo de amigos que crean un negocio particular y, además, obtiene beneficios extra de la Comunidad o el Canal de Isabel II".
Gracias a Esperanza Aguirre, acumula cargo tras cargo
El espionaje de que fue objeto, entre otras cosas, contenía filmacionesde Ignacio González realizadas con cámara oculta en sus viajes a África del Sur y Colombia, llegó a los juzgados madrileños. Pero no pudo evitar que saltara a la opinión pública el contenido del abultado dossier, que proporciona datos muy precisos Entre otros, relativos a adjudicaciones efectuadas por la Comunidad de Madrid, algunas de ellas directamente por el propio Ignacio González. Por ejemplo, la que otorgó, en 2006, la explotación del campo de golf y ocho pistas de pádel construido en terrenos del Canal de Isabel II -con la oposición de los vecinos de la zona - a un consorcio de empresas de una de las cuales, Tecnoconcret, son accionistasprincipales su hermano Pablo y un cuñado de su "presidentesa", José Juan Caballero. O la que, en 2006, acordó contratos de seguridad en el Canal de Isabel II,por valor de 33 millones de euros,y en el Metro, por un importe de 25,9 millones de euros, a "Segurisa", con cuyo presidente, Enrique Sanchez González, viajó a Johanesburgo, en 2008, aunque Ignacio González aseguró después, tajantemente:"No es amigo mío ni le adjudiqué nada". A otra empresa de este mismo Enrique Sánchez González, "Saminsa", le fue adjudicado el contrato de limpieza de los edificios del Canal de Isabel II de 2,6 millones de euros más IVA.