
El fraude fiscal es un problema endémico de la economía española. Las cifras disponibles sugieren que supone entre el 20% y el 30% del PIB lo que, al menos, duplica el de los países más efectivos en la lucha contra el fraude (en Francia, Austria, Holanda, el Reino Unido, EE.UU., o Suiza el fraude está por debajo del 10%).