Con el imparable aumento del gasto sanitario en las últimas décadas en relación al producto interior bruto de cada país (que ha sido mucho mayor que el crecimiento económico general), junto con los recortes del gasto público debido a la crisis económica reciente, se ha puesto de manifiesto la incapacidad de los servicios nacionales de salud para proporcionar una nivel de cobertura que satisfaga la demanda; con la finalidad de permitir el sostenimiento financiero de los sistemas sanitarios se están realizando en distintos países de la Unión Europea transferencias del ámbito sanitario público al privado (tal como aconsejan las políticas del Banco Mundial y el FMI).
Existen diferencias en cuanto a la extensión de la cobertura sanitaria y el precio que hay que pagar por los servicios entre los distintos países, con diferentes leyes y estructuras organizativas que afectan a sus sistemas nacionales de salud y, por tanto, también se reflejan en el ámbito privado.
En España (según el informe Health at a Glance: Europe 2012), publicado por la OCDE; existe un 74% de financiación pública y un 26% de privada (20% por pago directo y 6% seguros privados). La media de los 27 países de la UE era de 73,21 y 4%, respectivamente.
El gasto total en relación con el PIB era del 9.6%, mientras que la media de la UE era del 9%.
(La OCDE advierte de tener precaución con los datos referidos a pacientes de larga estancia hospitalaria porque el sistema de información está implantándose todavía en algunos países).
Hay que diferenciar la financiación privada de la contratación de servicios privados con dinero público, como sucede en nuestro país, para la realización a través de conciertos de pruebas diagnósticas, listas de espera quirúrgicas, o la compra de servicios privados que realizan las mutualidades públicas como MUFACE, ISFAS, MUGEJU o la atención en la medicina privada de accidentes de trabajo.
Existen varios tipos de seguros privados: obligatorios, primarios o sustitutorios , complementarios y suplementarios: los seguros privados obligatorios cubren accidentes de vehículos a motor y accidentes deportivos de las federaciones correspondientes. Los primarios o sustitutorios cubren a las personas que están excluidas del sistema público; los suplementarios cubren los mismos servicios que los obligatorios pero con un acceso más rápido o un aumento de la posibilidad de elección (en España cubren al 19.7% de la población). Los seguros complementarios aseguran gastos asistenciales excluidos de la financiación obligatoria.
El pago directo ("out of pocket") suponía en España el 20% del gasto sanitario (2010), uno de los más altos de la Europa desarrollada.