martes, 23 de abril de 2024
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Albert Guivernau

Impacto Económico del Mundial de Rusia

Profesor de Economía de la Universidad Abat Oliba CEU

Hace apenas un año del Mundial de Rusia 2018 y, mirando hacia atrás desde una perspectiva económica del análisis coste-beneficio, nos puede surgir una duda: ¿aporta beneficios notables la organización de estos macro acontecimientos deportivos de carácter mundial? Veámoslo.


Mundial de Rusia



De entrada, el Mundial de Rusia comportó un nivel de gasto no conocido hasta entonces, 11.954 millones de dólares. De esta cifra un 71% correspondió a diferentes administraciones públicas rusas (57% gobierno central y 14% en diferentes gobiernos regionales. La inversión se destinó fundamentalmente a la construcción o remodelación de 12 estadios, 13 hospitales, 96 campos de entrenamiento, 11 aeropuertos, 3 estaciones de tren y 12 autopistas. Además, se construyeron 27 hoteles de nueva planta. A pesar de ser una elevada inversión, se estima que en 2024 el país ya habrá amortizado la inversión y podrá experimentar un beneficio neto de los proyectos y mejoras comenzados a raíz de la designación como sede de la competición.


Con anterioridad a la celebración del Mundial el gobierno ruso estimó que el impacto positivo de la economía del país había sido un 1% del PIB, es decir, unos 14.000 millones de dólares repartidos entre las diferentes fases del proceso de preparación. Estas fases de los preparativos se inician oficialmente el 2014, al finalizar el anterior Mundial. Respecto a la evolución de la economía rusa el mismo gobierno afirmó que “sin el Mundial no hubiera habido crecimiento económico a 2018”. La dispersión geográfica de la competición de punta a punta del país con mayor extensión del mundo ayudó a cohesionar el territorio y favorecer el desarrollo de algunas de las zonas más deprimidas del país, en palabras del mismo gobierno y numerosos representantes de entidades locales.


El gobierno ha estimado que durante los 5 años posteriores el impacto total del Mundial habrá estado de entre un 4% y un 6% del PIB anual ruso, unos 3.000 millones de dólares por año. 


Por el efecto multiplicador se espera que cada dólar invertido acabe generando 4,5 dólares, de forma que el impacto final acumulado de todo el Mundial (preparación, celebración y etapa posterior) supondría un impacto para Rusia de 54.000 millones de dólares.


Durante los días de competición el país recibió 570.000 turistas, unos 220.000 más que el Mundial de Suráfrica 2010, pero cerca de 330.000 menos que los recibos en Brasil 2014. 


Algunas de las regiones con mayor presencia de la competición recibieron, en tan solo un mes, el equivalente al número total de turistas que solían recibir anualmente. El gasto en el país de estos turistas fue de unos 600 millones de euros, unos 1.050€ de media. La proyección mediática del país organizador del mundial, independientemente otras características, hace que el impacto en el turismo aparezca desde 2 años antes de la cita y se mantenga todavía unos meses después de la celebración del Mundial.


El impacto económico del Mundial de Rusia no se limitó a sus fronteras. En países donde la presencia de TV al hogar es menos frecuente, la venta de aparatos de TV aumentó más de un 5% respecto al mismo periodo del año anterior. El negocio de las apuestas on line movió cerca de 50.000 millones de dólares, casi tanto como el impacto total acumulado para la economía rusa durante la etapa previa y el que se espera de la posterior.


En el ámbito de ocupación, el Mundial de Rusia comportó la creación de 100.000 puestos de trabajo a diferentes sectores; solo la construcción ya supuso la contratación de 13.000 personas. De hecho, el 2018, Rusia obtuvo los mejores datos de paro de los últimos 20 años, pasante, durante los 3 años anteriores al Mundial, del 5,8% al 4,8%, situándose en cifras próximas a la situación de plena ocupación de la economía rusa.


Después de haber analizado el impacto del Mundial en la actividad económica y la ocupación, otra variable relevante son los precios, puesto que un aumento notable de la inflación podría “comerse” el crecimiento económico. En el caso de Rusia, la entrada de divisas provocó un aumento muy ligero del nivel de precios. De hecho el país ha logrado la estabilización de los niveles históricos de inflación, pasando de un 16,9% el 2015 hasta un 2,4% el 2018, situándose en valores propios de las economías occidentales.


Comparando globalmente el Mundial de Rusia 2018 con el de Suráfrica 2010 descubrimos que el impacto en la actividad económica –mesurado en crecimiento del PIB- ha sido lo triple que la edición de 2010, ha atraído el doble de turistas y el doble de visitantes durante los preparativos.


La gran beneficiaría de la celebración del Mundial fue la FIFA, que en un corto periodo de tiempo obtuvo unos ingresos de unos 6.400 millones de dólares. 


Atendida la recaudación por la venta de entradas -unos 782 millones de dólares-, la FIFA obtiene de forma directa 112 millones.


Analizando globalmente el flujo monetario del Mundial de Rusia podemos llegar a las siguientes conclusiones: 1) El país organizador es el que realiza y finanza las inversiones exigidas por la FIFA. 2) Es complicado estimar al 100% el impacto económico definitivo, puesto que el impacto a la economía real se reflejará durante los años próximos. 3) La FIFA es la principal beneficiaria de la organización de un Mundial de fútbol.

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