Quizá el activo más importante o el único del “Procés” catalán, que no ha sabido o no ha podido acumular fuerza suficiente para imponerse, es su poder de movilización.
El ADN del nacionalismo catalán es de factura netamente conservadora.
Entre esas compañías se incluyen seis de las siete cotizadas catalanas del Ibex 35: Banco Sabadell, Gas Natural Fenosa, CaixaBank, Abertis, Cellnex y Colonial.
La fuga de empresas, como consecuencia de la aventura independentista del nacionalismo catalán, ha sido para Barcelona una “puñalada trapera”.
La crisis catalana no se resolverá de modo inmediato, pero aviada estaría España y la democracia si se cronificara y convirtiera en permanente.
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