Jordi García Soler. Artículo publicado en el Plural
Por mucho que se empeñe en ello nuestro inefable ministro de Asuntos Exteriores, José María García Margallo, es evidente que la tan traída, llevada, cacareada y promocionada 'marca España' no solo no despega sino que, como no puede ser de otro modo en las circunstancias actuales, anda prácticamente por los suelos, hecha unos zorros. La gravísima crisis financiera global, que en nuestro país ha provocado ya, provoca y me temo que seguirá provocando devastadoras consecuencias económicas y sociales, sigue sin encontrar la respuesta adecuada por parte del actual Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy.
Un Gobierno que, que con su incumplimiento reiterado de casi todos sus compromisos electorales, sus drásticos recortes en prestaciones sociales básicas, su inacción ante graves problemas públicos y sus políticas cargadas de ideología ultraliberal y conservadora, es el principal aunque no único responsable de la muy grave crisis política, institucional y territorial que España sufre en la actualidad.
Es evidente que la marca España está hecha añicos
Porque la gravísima crisis financiera y económica global ha tenido hasta ahora en nuestro país unas consecuencias que trascienden con mucho lo puramente social, esto es la tragedia diaria que afecta a millones y millones de familias.
Si a todo ello se le añaden las otras crisis antes citadas -esto es, la política, la institucional y la territorial, todas ellas responsabilidad principal del Gobierno presidido por Mariano Rajoy y del PP, que con el único y sobrado apoyo parlamentario le legitima a ojos ciegos-, es evidente que la "marca España" está hecha añicos. Un Gobierno como este, desnortado y a la vez arrogante y prepotente, que considera que se basta y sobra con su cómoda mayoría absoluta para hacer frente a todas estas crisis y se resiste a aceptar que con su actitud no hace más que acercarse cada vez más al despeñadero, no solo está perdiendo sus apoyos ciudadanos, económicos y sociales en España sino que ha dejado de tener credibilidad internacional. Para comprobarlo basta con echar un somero repaso a los medios de comunicación extranjeros, incluso a muchos de los que hace poco más de año y medio habían celebrado el retorno del PP al Gobierno de España.
