Salvador Faus. Periodista
Hubo un tiempo en el que el País Valenciano era conocido en medio mundo como una tierra de prosperidad que intentaba atraer inversiones tras la estela de grandes eventos como la Fórmula 1 o la Copa del América de vela. Hace tan solo diez años era un territorio emergente asociado a la imagen de modernidad que irradiaba la Ciudad de las Artes de Calatrava. Hoy, es uno de los principales responsables del desplome de la imagen de España en el exterior por el despilfarro, la corrupción y los impagos.
La "marca" valenciana está más que deteriorada. La imagen que hoy día prevalece en el exterior es el de una comunidad autónoma que aunaba tradición y modernidad, pero que está desgarrada y a la que se asocia con el paro, la corrupción y el despilfarro. Es, en palabras del catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universitat de València, Jordi Palafox, el resultado de décadas de caprichos, políticas absurdas y de "una concepción patrimonial de la administración pública puesta al servicio de amigos políticos y espirituales".
El análisis del profesor Palafox no puede ser más certero. Así lo vienen reflejando prestigiosos medios de comunicación internacionales que, a través de reportajes críticos, relacionan el "crack" económico español con la corrupción y el despilfarro de la Comunidad Valenciana. Desde la televisión británica BBC hasta la catarí Al Jazeera, pasando por la japonesa NHK, la alemana SAT-1, la francesa France-2 o la danesa DR.DK, radios o periódicos del prestigio internacional del alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung o el norteamericano The New York Times han puesto el foco en Valencia como paradigma del hundimiento económico español. Una reputación negativa que el gobierno autonómico que lidera Alberto Fabra se ha ganado a pulso por sus políticas de austeridad y por sus impagos a los proveedores.