Su bisabuelo, Faustino Rodríguez-San Pedro y Díaz-Argüelles, prohombre de rancio perfil, promovió que el 12 de octubre, que luego se convirtió en Fiesta Nacional de España, se denominase "Fiesta de la Raza". Su padre, Ramón de Rato Rodríguez-San Pedro logró la confianza de Millán Astray para fundar con destacadas figuras del Régimen Radio Nacional de España y compró una emisora de radio en Toledo, que acabó instituyéndose en la "Cadena Rato", uno de los más importantes grupos de radio privada de todos los tiempos. Se dice que en 1967 ejecutó un crédito de casi cinco millones de pesetas a Nicolás Franco, hermano de Francisco Franco y que 15 días después se le embargó el banco y fue condenado a tres años de cárcel y multado con 176 millones de pesetas por sacar dinero a Suiza. Litigó contra el Estado y acabó recuperando todas sus propiedades
Rodrigo Rato estudió en los Jesuitas de Chamartín y luego en Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresas (ICADE) y se doctoró en 2003, siendo ya ministro, en Economía Política por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid.
Fiel a su impecable pedigrí conservador, Rato figuró como candidato por Cádiz de Alianza Popular, antecesoradel PP. Miembro del comité ejecutivo del partido desde 1980, obtuvo su primer escaño en el Congreso, en 1982, con 35 años. Apoyó, junto a Trillo y Juan José Lucas, a Aznar como candidato a Presidente.
Durante su mandato como Ministro de Economía llevó a cabo la mayor privatización de la historia de España: Argentaria, Tabacalera, Telefónica, Endesa, Repsol... A finales de 2003, se barajó su nombre como sucesor de Aznar, pero el dedo de éste acabó señalando para el puesto a Mariano Rajoy, se dice, porque Rato no se mostró suficientemente partidario de la participación de España en la guerra de Irak".
Cosa que, dicho sea de paso, facilitó a Rato fabricarse una imagen de "paloma", que le ha acompañado a lo largo de su trayectoria posterior, jalonada por su cargo como Director del FMI, que abandonó en junio de 2007 alegando razones personales. Dos años después de su dimisión, un demoledor informe interno citaba deficiencias organizativas, batallas intestinas, falta de comunicación, sesgos analíticos, presiones políticas, autocensura y falta de supervisión y control en el alto organismo, no achacables, claro está, solamente a Rato.
Consejero luego del banco francoamericanoLazard y del Banco Santander, acabó aterrizando en Cajamadrid en enero de 2010, tras una reyerta a muerte por el poder en la Entidad entre Miguel Blesa -presidente saliente e íntimo amigo de Aznar-, Esperanza Aguirre, Gallardón... que fue saldada por el propio Rajoy, con el nombramiento de Rato.
Ahora, a tiro hecho, se presenta a Blesa como el principal responsable de la mala gestión de la Entidad cuando era solo una caja de ahorros -aunque, sin duda, la más politizada del sistema- y a Rato se le achaca el desastre de la fusión con otras entidades, para transformarse en un banco.
Al manido estilo Wall Street, la foto de Rato tocando la campanita y rodeado de su estado mayor, simbolizó la salida a bolsa Bankia, una operación a la que acudieron más de 400.000 pequeños inversores que compraron, en algunos casos endeudándose, títulos a 3,74 euros, que tras la intervención de la entidad se cotizaban a poco más de un euro. Un espejismo trágico.
En diciembre de 2011, el banco de España obligó a los directivos de Bankia a publicar sus salarios, haciéndose público que Rodrigo Rato percibía una remuneración anual de 2,34 millones de euros.
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