
José Antonio Martín Pallín.
Abogado. Magistrado emérito Tribunal Supremo. Comisionado Comisión Internacional de Juristas (Ginebra)
Los ciudadanos necesitan tener confianza en la justicia como instancia que les puede proteger frente a los abusos del poder o el incumplimiento de los compromisos adquiridos por las personas, empresas o instituciones. El Poder judicial es el verdadero poder moderador que somete la ley al imperio de los principios constitucionales y busca el equilibrio entre los intereses, públicos y privados, confrontados.
La esencia de la democracia consiste en el sometimiento de las instituciones al control social y en la transparencia de las actuaciones de los poderes públicos. La observación y vigilancia de la sociedad y el examen de los organismos auditores de la diafanidad de su funcionamiento, arrojan resultados desoladores sobre su fiabilidad y prestigio.
Ante las encuestas desfavorables se suele reaccionar con análisis estructurales y con una gran dosis de argumentos corporativos. Con todas sus deficiencias y penurias la justicia está llamada a desarrollar un papel protagonista en la defensa de los derechos políticos, económicos y sociales que están siendo seriamente cuestionados e ignorados por las instancias políticas, financieras y empresariales que quieren vaciar de contenido el amplio catálogo de derechos y libertades que constituyen la esencia del orden constitucional y la base de la paz social.
Para conseguir estos objetivos es necesario corregir situaciones presentes y proponer alternativas a las penurias e insuficiencias del sistema. Nos centraremos en algunos aspectos que reflejan el deterioro alcanzado y propondremos las alternativas necesarias para corregirlo o por lo menos intentarlo.