Tienen entre 21 y 40 años, sus familias donan más de 250.000 dólares al año a ONG's, tienen un patrimonio personal promedio superior a 2,5 millones de dólares e influencia sobre más de cinco millones en activos familiares destinados a proyectos sociales (el 10% tienen más de cien millones de dólares en fondos destinados a ello). Una reciente investigación retrata la nueva generación de grandes donantes: tienen dinero, conciencia social y planes ambiciosos para cambiar el mundo ahora mismo.
El programa 21/64 y el Johnson Center for Philanthropy colaboraron en la encuesta y entrevistan a más de 300 jóvenes con alto patrimonio e interés en la filantropía para su nuevo informe: Nextgendonors.
Desde que Lucas St. Clair tomó las riendas de una de las fundaciones de su madre, Roxanne Quimby -fundadora de la empresa Burt's Bees, que vendió por unos 350 millones de dólares?, lo está haciendo a su manera. La fundación hace realidad una pasión personal de este profesional de treinta y tantos años, casado y padre de familia: ocio en parajes naturales.
Es una pasión que heredó de su madre, quien crio a sus dos hijos en una cabaña rústica en los bosques de Nueva Inglaterra. Pero St. Clair abordó el propósito de la fundación de una forma distinta a la imagen que transmite su generación. No se limitó a confiar en el nombre y el poder económico de su familia a la hora de hacer frente a la oposición local que tuvieron sus planes de crear un parque nacional.
St. Clair encargó un estudio serio y profesional para cuantificar, de modo preciso, cómo beneficiarían los planes a la economía local, y dedicó meses a escuchar a los grupos de interés en las poblaciones potencialmente afectadas. El joven St. Claire entendió que el cambio social es un proceso de diálogo para encontrar, no para imponer, soluciones. Su enfoque se refleja en el comentario de un joven donante recogido en #Nextgendonors: "Esta es un generación a la que le gusta conocer de primera mano, ver y tocar, utilizar todos los sentidos para saber de verdad lo que pasa".