Puede que la Unión Europea sea hoy el sujeto político más odiado por los nacionalistas y los más furibundos partidarios y radicales adversarios de la globalización real.
La crisis política catalana, acrecentada por el llamado referéndum del día 1 de octubre y la DIU ha significado la penúltima gota que ha colmado el vaso del sector empresarial catalán.
Las diferentes cuestiones consideradas en el presente trabajo, conducen a por lo menos cinco grandes conclusiones, que pasamos a exponer a continuación: la primera conclusión tiene que ver con la naturaleza histórica de la crisis y de su profundidad.
Lo que le pasa a la economía global es que su demanda es muy débil. Por ello es necesario recuperar estímulos coordinados para incrementar la demanda y reactivar la economía internacional.
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