jueves, 28 de marzo de 2024
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Nieva Machín Osés

​Internet, un océano de retos y amenazas

Profesora en el Grado oficial de Criminología en ESERP-URJCEl

El estilo de vida de los ciudadanos europeos es cada vez más digital y nuestro sistema social presenta un alto grado de dependencia de Internet, las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y por tanto de todo lo que atañe al ciberespacio. 


El ciberespacio a nivel económico y social representa el escenario que mayor número de oportunidades de negocio dispone, habiéndose convertido en la clave del crecimiento económico europeo.


Un ejemplo de la relevancia de Internet en nuestra economía es que el comercio electrónico alcanzó en el año 2016 los 509.000 millones de euros en ventas realizadas vía e-commerce siendo un tercio de estas transacciones las vinculadas al comercio minorista. La cifra que se espera alcanzar en el año 2018 es de 660.000 millones.


Internet


Una parte muy significativa del ciberespacio es aquella que está vinculada al sector privado, gracias a la revolución digital se ha impulsado la revolución empresarial y la innovación empresarial, el crecimiento económico y comercial en Europa. Esta situación que si bien es un escenario optimista a nivel de crecimiento y desarrollo también lleva consigo exponer a las organizaciones a nuevas amenazas.


Para muchos hablar de ciberespacio e infraestructuras vinculadas a Internet tiene que ver con satélites y la ciberseguridad con hackers. 


Sin embargo, el ciberespacio debe ser entendido como un conjunto de dispositivos conectados por redes en las que se almacena y se utiliza la información electrónica, así como el espacio donde diversos actos comunicativos tienen lugar.

El 95% de las comunicaciones transoceánicas se realizan gracias al cableado submarino que conecta diferentes regiones del mundo ya que este sistema permite la circulación de mayor volumen de datos y con menor coste que lo que permiten los satélites. En diciembre de 2017 se contará con 293 cables activos. Esta red de cables submarinos está regulada desde el año 1982 por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, prescribiendo en aguas internacionales.


Mapa cables submarinos

Fuente imagen: Cableado submarino 2016. telegeography.com


Mapa global internet

Fuente imagen: Mapa global internet 2012. telegeography.com

La compleja red de cableado submarino es susceptible de sufrir daños que podrían afectar a las comunicaciones de internet transoceánicas. Si consideramos el ciberespacio como la interconexión de los seres humanos a través de las telecomunicaciones, sin tener en cuenta la geografía física. La complejidad de la naturaleza del ciberespacio junto con las infraestructuras nos permite reconsiderar que los daños que pueden sufrir estos cables deben ser considerados un ataque cibernético. Los daños pueden provenir tanto de factores ambientales vinculados a tsunamis y huracanes, así como a aquéllas causas procedentes del tráfico marino como los daños causados fortuitamente por las anclas de los barcos y buques o aquellos que se pueden realizar de modo intencionado para intervenir las telecomunicaciones con la finalidad de obtener información y/o sabotearla. Estados Unidos, Rusia y otros países están preparados para poder realizar intervenciones en el cableado submarino. Resulta curioso que si bien hablamos de ataques ciberterroristas y de ciberterrorismo para el sabotaje realizado a websites ningún tratado recoge los ataques a los cables submarinos como acciones de terrorismo.


EN DICIEMBRE DE 2017, SE CONTARÁ CON 293 CABLES SUBMARINOS


Los daños sufridos en el cableado también pueden ser de origen animal. De hecho, los tiburones sienten una atracción especial hacia los cables de fibra óptica ya que la señal electromagnética que emiten es detectada gracias a los sensores de voltaje que los tiburones tienen en sus bocas para localizar a sus presas, siendo confundida la señal con la emitida por los peces. Este tipo de accidentes sufridos en el cableado (aunque es de un porcentaje de apenas un 1%) ya se consideran como un problema que requiere toda una estrategia para reforzar los cables de fibra óptica que atraviesan el océano Pacífico. Asimismo, debido a que los tiburones se alimentan en profundidades que no superen los 1.500 metros de profundidad, los cables instalados en profundidades menores a 1.500 metros requerirán una protección adicional. El primer caso de daño sufrido el cableado submarino fue en España en el año 1985 en las Islas Canarias.


El cableado submarino también puede sufrir ataques de origen humano. Ejemplo de ello es lo ocurrido en el año 2015 en el que miembros del Estado Islámico sabotearon en la costa argelina fronteriza con Túnez, el cable submarino de comunicaciones SMWE4 entre Europa Occidental y el sudeste de Asia a quince kilómetros de la costa obligando al gobierno de Argelia a repararlo.


Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar “todos los estados tienen derecho a tirar cable submarino y a mantenerlo y repararlo como sea conveniente”.

Uno de los puntos críticos de este cableado submarino es el ubicado en Egipto ya que este es uno de los cuatro que conecta Europa, Oriente Medio y Asia. Este cable sufrió un ataque en el año 2013 que ralentizo un 60% las comunicaciones en Pakistán y las globales fueron ralentizadas en un 30%. A este factor humano de sabotaje físico que puede incidir en la red global internet y su infraestructura de cableado submarino hay que considerar los problemas procedentes de las políticas de vecindad entre estados fronterizos.


La protección por tanto de las infraestructuras vinculadas a Internet (que permiten no solo la realización de operaciones comerciales, sino que atañe también a la actividad del sector financiero, productivo, energético y medios de transporte, entre otros) es un elemento clave en materia de ciberseguridad en Europa.


Tras lo expuesto en este artículo cabe destacar que las ciberamenazas también tienen un origen mucho más cercano y tangible. 


Hoy más que nunca las palabras del Capitán Cook pueden ser aplicadas al ciberespacio ya que “quizá sea allí donde la vida se sacude oscuramente su sueño de piedra, sin desprenderse aún de ese tosco punto de partida”.



Doctora el Ciencias Políticas, especialidad en Relaciones Internacionales. Investigadora en UNISCI (Unidad de Investigación sobre Seguridad y Cooperación Internacional). Directora del área formativa de comercio internacional en IMF-Formación

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