Entrevista | Emily O'Neill: "Las reuniones oficiales de la Comisión Europea con los Grupos de Presión deberían ser públicas"

Emily O’Neill, Defensora del Pueblo Europeo desde julio del 2013. Es la primera mujer que ocupa este cargo. Escritora, periodista y presentadora de televisión. Fue Comisaria de Información en Irlanda en 2003, y en 2007 Comisaria de Información Medioambiental.Su carrera de periodista, presentadora y escritora política logró un importante reconocimiento nacional e internacional, que incluye una Beca en la Universidad de Harvard en 1988 y numerosos premios nacionales. Ha escrito tres libros, que tuvieron gran éxito de crítica, sobre la política y los medios de comunicación irlandeses, y en la actualidad también es miembro del Consejo Asesor Internacional de la Fundación Niemande Periodismo, en Harvard.

¿Cree que los ciudadanos europeos se identifican y confían en sus instituciones?

Creo que la mayoría de los ciudadanos de la UE en principio se identifican con sus instituciones nacionales, ya que son principalmente los gobiernos nacionales los que se ocupan de cuestiones como la educación, la salud y el bienestar,sobre las que la gente tiende a tener opiniones muy definidas. Esto significa que las instituciones de la UE a menudo necesitan trabajar más para ganarse la confianza de los ciudadanos de la UE y establecer el "estándar de oro" cuando se trata de cuestiones de transparencia y ética de la Administración. Sin embargo, también es importante señalar que las instituciones de la UE ya cuentan con mayores normas de transparencia que muchos Estados miembros.

¿Hay falta de transparencia en las instituciones europeas?

En general, las instituciones de la UE son muy conscientes de la importancia de una Administración pública transparente y abierta. Juncker, el Presidente de la Comisión Europea, hizo de la transparencia sea una parte importante de su programa 2014-2019. Me gustaría que la Comisión siguiera avanzando en algunos aspectos. Por ejemplo, pienso que todas las reuniones oficiales de la Comisión con los grupos de presión deberían ser publicadas y no sólo aquellas con funcionarios de alto nivel. Creo asimismo que hay más trabajo por hacer en materia de transparencia en el Consejo de la UE, por lo que acabo de abrir una investigación para determinar si está permitiendo un examen público suficiente sobre la evolución de los debates en torno a los proyectos de ley.

Mi objetivo es arrojar luz sobre cómo evolucionan los proyectos de leyes de la UE a medida que avanzan a través de las diversas reuniones de los funcionarios nacionales y embajadores en el Consejo antes de ser finalmente acordado por los ministros del gobierno. Esto debería ayudar a aclarar algunos malentendidos populares acerca de exactamente quién desarrolla y acuerda nuevas leyes y separa en la mente pública la responsabilidad de "Bruselas" de la responsabilidad de los Estados miembros.

¿Cómo lidiar con los conflictos de intereses?

Hay casos en los que existen claros conflictos de intereses y casos en los que existe una percepción de un conflicto de intereses. Ambos son perjudiciales para la opinión pública sobre las instituciones de la UE. Por eso digo que la transparencia es la mejor manera de abordar esta cuestión. Las declaraciones de conflicto de intereses deben ser detalladas, completas y públicas. Por supuesto, es posible que una persona que asesora o está encargada de un expediente tenga vínculos con una industria relacionada, pero si esto se expresa claramente en una declaración de interés, este vínculo es mucho menos probable que dé lugar a percepciones erróneas y desconfianza. A veces las personas no son conscientes de que se encuentran en una situación de conflicto de intereses, por eso pongo la responsabilidad a la institución en cuestión para pedir activamente la declaración de intereses y ver que se actualizan regularmente.

¿Deberían revisarse las puertas giratorias relativas a los políticos europeos?

La reacción del público ante la reciente decisión del ex-presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, de asumir un puesto como asesor en Goldman Sachs Bank muestra cómo los ciudadanos se han sensibilizado mucho más a las interacciones entre el sector público y el privado. En respuesta, el Presidente Juncker propuso que se fortaleciera el Código de Conducta para Comisionados. Aunque me gustaría que se ampliara el período de reflexión, es evidente que algunos puestos seguirán siendo problemáticos incluso después de dos o tres años.

El personal de la UE que había suscrito una petición contra el Sr. Barroso se dirigió a mi oficina después de que la Comisión no respondiera a una carta suya. Como parte de esa investigación, estoy examinando el funcionamiento del comité de ética que decide si los ex-comisionados han infringido alguna regla con su trabajo posterior a la finalización su mandato. Mi oficina examinará los expedientes del Comité sobre el Sr. Barroso -la comisión no encontró que el Sr. Barroso había incumplido el Código de Conducta- y las relativas a las opiniones que tomó en los cinco casos anteriores.

Es difícil deshacer las percepciones negativas una vez que se instalan en la opinión pública, por eso prefiero disponer de reglas claras desde el principio y del consenso de las instituciones que están dispuestas a hacerlas cumplir.

También debe haber reglas sobre las puertas giratorias cuando se trata de personal de la UE. He hecho una serie de recomendaciones sobre cómo tratar casos de puertas giratorias y en base a ellas, la Comisión ha comenzado a publicar los nombres de los altos funcionarios que abandonan la Comisión para nuevos puestos de trabajo. Se incluyen en la información publicada las funciones anteriores del funcionario afectado, su nuevo papel y la propia evaluación de la Comisión de los posibles conflictos de intereses. En septiembre de 2016, hice propuestas para reforzar aún más las normas en este ámbito (por ejemplo, sugerí que quienes evaluaban las solicitudes de personal que salía del servicio no debían tener ninguna relación profesional con la persona interesada) y tengo intención de continuar por esta vía.

¿Está de acuerdo con el papel de los grupos de presión?

Los grupos de presión tienen un papel que desempeñar en el proceso de formulación de políticas. Pueden hacer aportaciones importantes y conocimientos especializados sobre temas que pueden no ser conocidos para los encargados de formular políticas. Sin embargo, es necesario que los grupos de presión no ejerzan una influencia indebida, por lo que la forma en que operan debe ser transparente. Por eso he pedido más transparencia a los grupos de expertos que asesoran a la Comisión en materia de políticas, y valoro positivamente la propuesta de la Comisión de reforzar el Registro de Transparencia, haciéndolo obligatorio y extendiéndolo al Consejo.

¿Ha habido una falta de transparencia en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TTIP) por parte de las instituciones?

Cuando las negociaciones sobre el TTIP se iniciaron, la sociedad civil, los miembros del Parlamento Europeo y los ciudadanos individuales expresaron su profunda preocupación sobre las negociaciones y los documentos pertinentes pudieran ser públicos. Mi oficina recogió estas preocupaciones abriendo una investigación sobre la transparencia de las negociaciones. La Comisión fue muy receptiva a mis sugerencias y puso a disposición del público muchos documentos. El asunto del TTIP mostró el poder de las redes sociales, ya que personas de toda la UE fueron capaces de reunirse digitalmente y manifestar su preocupación. También destacó la evolución de la percepción en torno a la transparencia. El nivel de transparencia de la UE en las negociaciones sobre el TTIP ha sido mayor que en cualquier otro acuerdo comercial anterior.

¿Qué sectores son los menos transparentes en Europa?

Mi oficina se hace cargo de las quejas de los ciudadanos y las empresas con las instituciones de la UE. El mayor porcentaje de quejas (alrededor del 22%) se refiere a cuestiones de transparencia como el acceso a los documentos. A esto le siguen las quejas relativas a cuestiones institucionales, como los retrasos en los procedimientos.

¿Cree que hay suficiente control sobre los fondos europeos?

Esta es una pregunta que se debe plantear al Tribunal de Cuentas. Sin embargo, recibimos quejas procedimentales en relación con los fondos de la UE. Algunos de ellos, por ejemplo, se refieren a cómo la Comisión Europea audita los contratos de los proyectos que ha ayudado a financiar.

¿Qué instituciones y temas han sido objeto de la mayoría de las quejas?

La mayoría de nuestras quejas se refieren a la Comisión Europea, lo que refleja su tamaño administrativo, su alcance y su producción. La siguiente fuente de quejas son las agencias de la UE.

¿Los españoles realizan muchas quejas?

La mayoría de las quejas que recibimos cada año son de España, pero se refieren sobre todo a cuestiones nacionales, por lo que mi oficina no puede proporcionar ayuda directa. Sólo aconsejamos dónde deberían dirigir sus quejas. En 2015, hubo 323 quejas de España que no fueron incluidas en el mandato del Defensor del Pueblo Europeo, mientras que abrimos 27 consultas.

¿Qué tipo de quejas tienen los ciudadanos españoles?

En los últimos años hemos redirigido quejas al Defensor del Pueblo español que se refieren a políticas sociales y sanitarias; derechos de los consumidores, bancos (hipotecas, desalojos); así como las denuncias de corrupción en las administraciones regionales y nacionales. Las consultas de ciudadanos españoles tocan una amplia gama de temas. Una reciente pregunta de un español se refiere a las consultas públicas que la Comisión realiza para informar sobre su formulación de políticas. El demandante pide que se publiquen estas consultas en todos los idiomas de la UE. El año pasado, ciudadanos españoles y ONGs presentaron una queja de que la Comisión no había hecho una evaluación del impacto de los derechos humanos para el acuerdo UE-Turquía sobre solicitantes de asilo y migrantes que cruzan de Turquía a Grecia.

¿Cuáles son sus proyectos para los próximos años?

Uno de los proyectos más importantes será el de la transparencia de las conversaciones de Brexit. Los ciudadanos de la UE han expresado su preocupación por las implicaciones, potencialmente profundas, del resultado de las negociaciones Brexit. Quiero hacer todo lo posible para ayudar a proteger los derechos de los ciudadanos de la UE. Esto se puede hacer mejor dirigiéndose a la necesidad de información para que los ciudadanos sepan qué esperar y cuándo. He escrito a la Comisión Europea -que hasta ahora ha sido muy cooperativa en esta cuestión- pidiéndole que detalle los acuerdos que piensa poner en marcha para garantizar la transparencia y asegurar el aporte apropiado de las partes interesadas durante las negociaciones de Brexit.

Y mi trabajo en relación con la transparencia del Consejo de la UE representa una tarea importante para el próximo año. Espero que los ciudadanos sean mejor informados sobre quién toma las decisiones, cuando se trata de redactar los proyectos de ley de la UE.