sábado, 20 de abril de 2024
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Redacción

¿Una simple casualidad? Frente a las razones que llevaron al ascenso de Amanecer Dorado en la Grecia en crisis

Sofía Tipaldou. Politóloga

Grecia se está preparando para el notorio juicio al neonazi Amanecer Dorado -una de las formaciones más extremistas de Europa- programado para el 20 de abril. Un total de 69 miembros y simpatizantes serán juzgados por numerosos delitos contra el Código Penal griego, como pertenencia a organización criminal, posesión ilegal de armas, intento de asesinato, violencia racista y hechos antisemitas, por citar sólo unos pocos.

Entre los acusados figura todo el equipo parlamentario de Amanecer Dorado desde su avance electoral en 2012, cuando resultó quinta formación, al ganar 18 de los 300 escaños del parlamento y dar un notable salto electoral desde el 0,29% de los votos que obtuvo en las elecciones parlamentarias de 2009 al 6,92%. Esto significó que 18 de los 300 escaños del parlamento griego fueran ocupados por primera vez por los representantes de un partido abiertamente nacional-socialista, que ha utilizado símbolos nazis, el saludo nazi, el racismo y el anti-sionismo en su discurso, la violencia política como método de acción, y que ha estado funcionando como una "milicia privada".

Las elecciones legislativas de 2015, ganadas por primera vez por un partido de izquierda en la historia moderna de Grecia, sitúan a Amanecer Dorado en un tercer puesto, con el 6,28% de los votos, a pesar de que ha perdido una parte marginal de su electorado (0,64 por ciento).

La entrada en el parlamento del único partido europeo con convicciones abiertamente nacional-socialistas supuso un shock. Los medios de comunicación, en Grecia y en el extranjero, se apresuraron a relacionar el tema con la crisis económica, que se había iniciado en 2008 y que comenzaba a tener efectos desastrosos en los estamentos bajos y medios de la sociedad.

Cargas fiscales: 337% a los más pobres, 9% a los más ricos

Amanecer Dorado ya existía como un movimiento marginal desde la década de los 80, pero sólo creció desde comienzos de la crisis económica. En realidad, el primer signo de ascenso de Amanecer Dorado llegó en 2010, con la elección de Michaloliakos en el municipio de Atenas, cuando su popularidad se elevó a 5,26%.

Seis meses antes, Grecia había acordado el plan de rescate con la UE y el FMI, en base a préstamos a cambio de políticas de austeridad. Los gobiernos introdujeron medidas impopulares que fueron repartidas de manera desigual entre las clases sociales. Como indicador orientativo, las cargas fiscales de los estratos inferiores se incrementaron hasta el 337% en los últimos cuatro años, mientras que las cargas en los más altos solo aumentaron en un 9%. Esto ha causado un malestar civil masivo y la decepción general con las élites políticas establecidas.

Sería engañoso repetir el argumento generalizado de que la austeridad económica fortalece partidos de extrema derecha, sobre todo haciendo valer que estas formaciones ganan apoyo por sus planteamientos en temas socio-políticos (emigración, integración europea?) y menos por cuestiones político-económicas; es decir, el desempleo. Tomemos como ejemplo las elecciones europeas de 2014 que demostraron que los partidos populistas de extrema derecha en su conjunto fallaron en los cinco países que entraron en programas de rescate y puntuaron mucho mejor en los países que no eran golpeados por la crisis (Austria, Suecia, Dinamarca) o que enfrentaban problemas económicos más suaves, como Francia. Tampoco lo países sometidos a rescates o donde se habían tomado medidas impopulares, como España y Portugal, destacó el avance de formaciones de extrema derecha.

Las razones que pueden llevar a un aumento en la influencia de partidos de extrema derecha son múltiples y específicas de cada país. La extrema derecha tiene raíces ideológicas e históricas en la sociedad griega, que pueden ser ubicadas cronológicamente en el período de entreguerras y que se manifiesta a través de los colaboradores griegos con el régimen nazi. Por otra parte, una parte de la sociedad griega fue relegada y sus estamentos pro-comunistas marginados tras la prevalencia de las fuerzas nacionalistas de derechas sobre los combatientes de la Resistencia en la guerra civil griega (1946-1949), a que se puso fin 40 años después, con la reconocimiento del papel de la ELAM, y la ley de 1989 con la retirada de las sentencias a los combatientes de la ELAM, a los que también se les concedió el derecho a percibir prestaciones de jubilación. Al mismo tiempo, el nacionalismo griego ha sido mantenido por instituciones, como la Iglesia ortodoxa, la educación escolar, y el servicio militar obligatorio para los hombres, todo lo cual perpetúa una cosmovisión etnocentrista y chovinista.

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