En los últimos años el concepto calidad de la democracia ha ido adquiriendo popularidad en el ámbito académico. Y también ha aparecido este concepto en la agenda pública dentro del debate de la regeneración democrática, a raíz de los casos de corrupción y de la desafección política creciente de los ciudadanos hacia la política. Incluso algunos partidos políticos incluyen diferentes propuestas para mejorar la calidad de la democracia en sus programas electorales.
La mayoría de estudios concluyen que los países nórdicos son los que gozan de una mejor democracia, seguidos de los países de Europa Occidental y los anglosajones. En cambio, los estados sud-americanos, africanos y asiáticos son los que tienen una calidad democrática peor.
Todos los índices sobre la calidad de la democracia sitúan a España entre los países que tienen una buena democracia, aunque la democracia española es mejorable ya que no se encuentra entre los diez mejores países en ningún índice. Por ejemplo, Democracy Barometer es un índice sobre la calidad de la democracia que tiene datos des del año 1990 hasta 2012. En este ranking en el año 2012 España ocupa la posición 20 de 38 países del estudio y el año 2012 España es el treintavo país de los 49 estados de este índice. La puntuación sobre la calidad de la democracia que obtiene España entre 1990 y 2012 es bastante estable, siendo el año 1998 el mejor. Aunque el año 2012 se registra una caída de la puntuación siendo este el peor año desde 1990.
El capital social uno de los factores que más influyen en la calidad
Por lo tanto, nos tenemos que preguntar la razón porqué, entre las democracias, hay países con mejor calidad de la democracia y países con peor calidad de la democracia. Y en última instancia la respuesta a esta pregunta nos tiene que servir para mejorar la calidad democrática.
Para muchos académicos uno de los factores que más influye en la calidad de la democracia es el capital social. Una sociedad civil activa que se informa y debate sobre asuntos colectivos y que participa activamente en las cuestiones públicas influye positivamente en la calidad democrática. Un indicador para estudiar el capital social es la confianza interpersonal. Si observamos la evolución de este indicador a lo largo de los años vemos que tiene un comportamiento muy estable en España. En la encuesta de World Values Survey los niveles de confianza interpersonal en España apenas han variado des del año 2009 hasta el año 2014. La misma tendencia se registra en la European Social Survey, entre los años 2006 y 2012. Aunque para el año 2015 todavía no disponemos de datos, la tendencia indica que tampoco habrá cambios sustantivos en la confianza interpersonal. Por lo tanto, durante el año 2015 no se espera que haya cambios significativos en cuanto al capital social.
Otro de los factores que afectan a la calidad de la democracia es la experiencia democrática de un país. La idea es que es más probable que la democracia perdure si el país goza de tradición democrática. De hecho, los países tienen un proceso de aprendizaje democrático que aumenta con el tiempo. En este sentido, cuantos más años continuados de democracia acumule España, mejor será para su calidad democrática.