Hermes -en la mitología griega dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores, de los oradores, el ingenio, del comercio en general? y también de la astucia de los ladrones y los mentirosos- es el nombre que ha adoptado un nuevo portal de Internet, que oficialmente servirá a la mejor relación entre las autoridades y los ciudadanos griegos, de cuales un 34,6 % según el banco de Grecia vive bajo de los límites de la pobreza. Se trata de un paso más hacia la reforma de Administración pública en Grecia, que todavía carece de nombre.
Pero que ¿Es la reforma de Administración? ¿Porque es tan difícil llevarla a cabo? ¿Quiénes son sus enemigos? ¿Se trata en realidad de una reedición del mito de Ariadna para escapar del laberinto de la burocracia? Las líneas estratégicas que en este sentido menciona el Gobierno apuntan a una reforma radical de las estructuras de la Administración, control de los recursos humanos, movilidad, disminución del número de funcionarios y multas para los corruptos. Del millón de funcionarios actuales está previsto llegar a 550.000 en 2016. En todos los ministerios se están elaborando planes de personal orientados a identificar las necesidades y llevar a cabo el correspondiente recorte. En cualquier caso, quizá por la desconfianza de los ciudadanos a las instituciones, estas y otras medidas de reforma de la Administración son rechazadas de plano.
Una reforma no es necesariamente progresista o a favor de los más débiles. También puede ser tratarse de un simple maquillaje e incluso de un cambio a peor, hacia una Administración más rígida, ineficiente, lenta, opaca y deshonesta. En tal sentido, la reforma deseada por los ciudadanos griegos de a pie, no es un simple cambio no se sabe bien a qué, sino una verdadera metamorfosis de la Administración hacia una sociedad más democrática, inclusiva, innovadora y justa.