Carmen P. Flores. Periodista
En condiciones normales, la desigualdad se nota menos, aunque la hay, pero, en tiempos de crisis esta es tan grande, manifiesta y cruel que no puede dejar a nadie indiferente.
La crisis lleva varios años azotando a las personas con menos recursos y si no se buscan soluciones, las cosas pueden ir aun a peor, aunque algunos poderes fácticos intenten disimularlo.
La muy desprestigiada macroeconomía, según dicen los entendidos, ha apreciado un cambio positivo, pero el ciudadano de a pie, no lo ve por ninguna parte por mucho que lo busque y lo diga quien lo diga. La crisis de los pobres, es la ocasión de los ricos para seguir amasando dinero sin preocuparle la procedencia del mismo. Las desigualdades se hacen cada vez mayores, como bien escribió Juan XXIII, el Papa bueno," los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres".
Está comprobado que los países con mayores desigualdades económicas, fenómeno que en España se está dando en cantidades muy importantes, tienen también mayores problemas de salud mental, drogas, menores niveles de salud física , la esperanza de vida es menor los rendimientos académicos bajan y el índice de embarazos juveniles no deseados es más alto.
Las causas de la desigualdad social son esencialmente económicas, culturales y sociales ¿Cómo explicarlo?:
Las económicas
En algunas sociedades el paro y los bajos salarios son la principal causa de desigualdad, dando lugar a grupos sociales de pobres y ricos. El aumento de los impuestos merma la capacidad de ahorro, la inversión productiva y el crecimiento económico. Sin embargo, una reducción de la pobreza ayudaría al crecimiento económico de un país. Ese desarrollo beneficiaría y aumentaría la recaudación de impuestos, con los que los gobiernos podrían financiar más programas sociales.
Las Culturales
Existe desigualdad entre los individuos que han obtenido un buen nivel de educación y los que no han podido alcanzarlo. Cada año nacen 80 millones de niños en todo el mundo. Las altas tasas de fecundidad de las mujeres y la superpoblación que sufren muchas ciudades, conducen al aumento de la pobreza, ya que la sociedad pierde su capacidad de consumo y bienestar. El elevado grado de corrupción que existe en algunos gobiernos favorece el incumplimiento de contratos firmados con las empresas y otros gobiernos, y ello propicia que los más desfavorecidos vean violados los derechos básicos que tanto ha costado conseguir.
Las Sociales
Con la crisis algunos segmentos de población mayoritarios se ven sumergidos en el ostracismo social más injusto por la acción especulativa de sectores minoritarios más poderosos y excluyentes. Esto ocurre, por ejemplo con determinadas minorías étnicas, grupos de trabajadores inmigrantes, y otros muchos que Carlos Marx llamaría parias sociales. Esta situación fomenta la tensión social y la inestabilidad política, que, a su vez, frena las inversiones extranjeras, siempre temerosas de arriesgar su dinero en causas justas.
En este número que han comenzado a leer van a encontrar una información muy valiosa que, seguramente, les servirá para hacerse una idea más clara sobre un tema apasionante que precisa de soluciones arriesgadas y urgentes. Como siempre Vds. descubrirán enseguida que todavía hay demasiados intereses en juego y que, por ello, va a resultar muy complicado poner a todas las partes de acuerdo. No obstante, precisamente por eso, no debe desanimarnos afrontar el reto de conseguir que la desigualdad involucione progresiva y razonablemente, para lo cual, lo básico es poner las cartas boca arriba encima de la mesa, que es lo que pretendemos con la opinión abierta y libre de nuestros expertos en la materia. Ojalá consigamos interesar a quienes lean este nuevo número.
