La transparencia, una inversión necesaria de las organizaciones con retorno futuro
Víctor Benedito Torrecilla
En la actualidad existe una creciente preocupación en todas las organizaciones del mundo en relación con aquellos temas relacionados con la transparencia, un concepto que responde a la medida en que toda organización rinde cuentas de su forma de actuar con sus empleados y aquellos terceros (clientes, proveedores, autoridades, etc.) relacionados con su inserción en la sociedad.
Pues bien, sea por aspectos tales como la internacionalización y la globalización de los mercados o por otros aspectos como pudiera ser la lucha contra el terrorismo internacional, e independientemente de que estemos hablando de empresas privadas o públicas, organizaciones sin ánimo de lucro, instituciones y gobiernos, todas ellas requieren de una organización de sus recursos humanos y materiales para el desarrollo adecuado de su actividad y el cumplimiento de sus metas.
Por lo tanto la transparencia de las organizaciones debe empezar por su dirección y las directrices marcadas por ésta, de forma que sean capaces de mostrar un comportamiento ético en el que las decisiones adoptadas son justas más allá de los resultados económicos obtenidos en la gestión.
Es en este contexto, en el que medidas tales como la figura del responsable de cumplimiento normativo y cumplimiento penal, la existencia de un Código Ético, la existencia de un Canal de Denuncias, la función de auditoría interna y la realización de acciones de formación periódicas, conforman los pilares básicos que ayudan a actuar con integridad, compromiso y transparencia en la organización eliminando y/o mitigando las malas prácticas en la misma.
Toda entidad debe promover el trato respetuoso de las personas y el respeto como valor general que debe inspirar los comportamientos de todos sus integrantes
Ahora bien, para que dichas medidas sean efectivas, se requiere:
Por un lado, de una evaluación y mejora continua con la cual se incrementará la capacidad de reacción e intervención frente a nuevos riesgos y/o nuevas necesidades detectadas surgidas de la experiencia, así como por las realidades sociales, económicas, políticas y/o culturales que van modificándose con el paso del tiempo.
Por otro lado, de una adecuada concienciación y cultura ética; pues sin ella, las anteriores medidas quedan en papel mojado
Centrándonos en la segunda de ellas, a grandes rasgos, esa cultura ética (que debe tener un reflejo directo en el Código de Ética), tiene que regular las conductas permitidas y prohibidas en la organización, de tal forma que las mismas alcancen no sólo el ámbito de las relaciones entre la entidad y sus empleados; sino también el de sus relaciones con clientes, proveedores y de los compromisos de la entidad con la sociedad.
Por este motivo, como principales puntos en los que se debe focalizar todo Código de Ética, podemos resaltar los siguientes:
Toda entidad debe promover el trato respetuoso de las personas y el respeto como valor general que debe inspirar los comportamientos de todos sus integrantes. En colación con lo anterior, debe ser rechazada cualquier forma de abuso físico, psicológico o moral o de la autoridad, así como cualquier otra conducta que pueda intimidar u ofender los derechos individuales de las personas
Se debe promover el desarrollo profesional y personal de todos los empleados, garantizando la igualdad de oportunidades sin distinción de sexo, raza, religión o nacionalidad
Toda entidad debe impulsar la adopción de políticas de seguridad y de salud laboral, desarrollando las actividades en cumplimiento de las normas establecidas para garantizar la salud de los empleados y la seguridad en el entorno de trabajo
Debe promoverse un espíritu de cooperación entre los empleados de tal forma que se puedan poner los conocimientos de y recursos de cada uno de ellos a disposición del resto
Los empleados deben reflejar con precisión y honestidad las transacciones financieras o no financieras así como los eventos en los registros de la empresa, de acuerdo con los preceptos contables y/o mercantiles vigentes
La información de la empresa es uno de los activos más valiosos de su negocio y por ello ha de ser objeto de una protección especial, siendo conscientes de la confidencialidad de determinada información
Otros activos críticos de la empresa son la imagen y la reputación, siendo su obtención un proceso largo y costoso que tiene su retorno, pues permite preservar la confianza de accionistas, clientes, empleados, proveedores, autoridades y de la sociedad en general
Asimismo, debe existir una clara concienciación en toda entidad al respecto deque bajo ningún concepto se pueden ofrecer regalos ni sobornos para conseguir decisiones favorables de terceros. De igual forma tampoco se podrán recibir dichos regalos cuando sea la empresa la que deba tomar dicha decisión
A este respecto, debe ser tan mal visto el regalo percibido por un político como aquel regalo que por ejemplo obtiene el responsable de compras de una empresa por adquirir un determinado material de oficina (por ejemplo papel) de un proveedor concreto y no de otros cuyas calidades y precios pudieran ser más competitivos
Debe existir un compromiso total por todas las estructuras jerárquicas de la empresa en relación a una tolerancia “cero” con la ejecución de prácticas irregulares en el desarrollo de sus relaciones con clientes, proveedores, competidores, autoridades, que puedan llevar a la comisión de delitos y, entre ellos, el delito del blanqueo de capitales
La calidad, innovación e independencia hacia clientes y proveedores garantiza una relación rica y satisfactoria con los mismos que, asimismo, permite la consecución del desarrollo de relaciones a largo plazo basadas en la confianza y el cumplimiento de los compromisos
Como se indicaba previamente, toda empresa debe tener un compromiso con la sociedad, centrándose en el desarrollo de iniciativas y actividades basadas en la capacitación de los empleados y la realización de actividades de responsabilidad social corporativa. Asimismo, todas aquellas relaciones con las autoridades competentes, los reguladores y las administraciones públicas deben realizarse bajo los principios de cooperación y transparencia
Por último, pero no menos importante, cabe resaltar que las actividades de toda empresa deben ser realizadas respetando el medio ambiente y cumpliendo escrupulosamente con la legislación aplicable
Debe existir una clara concienciación en toda entidad al respecto de que bajo ningún concepto se pueden ofrecer regalos ni sobornos
En conclusión, podemos indicar que para la consecución de un compromiso y transparencia efectivos por parte de las organizaciones, se requiere una clara misión, así como unas estrategias definidas en relación con el conjunto de relaciones con empleados, clientes, proveedores y autoridades competentes. Fruto de ello y su mejora continua, existirá un retorno mediante el desarrollo futuro de la organización que se verá traducido no sólo en la obtención de resultados económicos sino en el fortalecimiento de su imagen y reputación.
