Mucho se está hablando últimamente del modelo turístico de Barcelona y las posturas acostumbran a ser muy enfrentadas o radicales. discutir si el modelo turístico de Barcelona ha sido un modelo de éxito no tiene demasiado sentido, como lo demuestran los datos.
Hay que recordar que el año 1990, dos años antes de las Olimpiadas, Barcelona registraba 1.732.940 turistas, que generaban 3.795.833 pernoctaciones; 24 años más tarde, el número de turistas que visitan Barcelona es de 8.874.941, lo que supone un incremento del 78%, con un número de pernoctaciones de 17.091.882. En lo que se refiere a la oferta hotelera de 11i8 hoteles en el año 1990 a los 420 del año 2014, con una oferta de unas 40.000 habitaciones. Según los últimos estudios de "Global Destinations Cities Index" la cifra que obtendrá Barcelona por ingresos relacionados con la actividad turística durante 2015 será de en torno a 12.291 millones de euros, lo cual haría de la capital catalana la segunda ciudad del mundo a partir de gasto de cada turista por residente, mientras que la sitúa en sexto lugar en relación con el volumen total de los ingresos que genera la industria.
Barcelona tiene, además, un buen equilibrio de su oferta turística. Unos 70 museos y espacios de exposiciones, junto a su historia y los edificios y elementos que son testimonios de la misma, ofrecen una buena dimensión cultural.
En lo que se refiere a las ferias y salones, Barcelona es referente internacional, con más de 55 ferias y es la segunda ciudad mundial en congresos internacionales con más de 130. En los últimos tiempos también se ha convertido en uno de los principales destinos del "turismo académico" y continúa siendo un destino clave en lo que se refiere al turismo de ocio y playa. A todo eso se ha añadido una fuerte potenciación del turismo de "compras", relacionado en parte con el fuerte crecimiento de los cruceros en la Ciudad Condal. También existe un buen equilibrio en criterios de estacionalidad, reduciendo cada vez más la temporada baja hasta convertirla en casi inexistente.
Los datos son muy gráficos y por tanto el actual reto es como poder consolidar y mejorar este modelo para hacerlo más sostenible, amable y humano. Este modelo que ha llevado a que Barcelona esté por primera vez entre las diez ciudades más visitadas del mundo, según un estudio de Master Card y la cuarta a nivel europeo, necesita una actualización más que una revolución o un cambio radical. Ha de adaptar a las circunstancias del sector, sacudido básicamente por la proliferación de canales de venta online que han hecho aflorar multitud de "Establecimientos turísticos nuevos", como son por ejemplo las habitaciones en uso compartido o lo albergues turísticos, que hasta ahora eran considerados en Cataluña instalaciones juveniles y no equipamientos turísticos (las pernoctaciones generadas no son computadas como turísticas) Esta situación y alguna rendija en el modelo sancionador, ha roto el equilibrio entre ciudadanos y turistas especialmente en alguna zonas de la ciudad que han generado un cierto malestar y que ha estado recogido por la opinión publicada.
